sábado, 20 de junio de 2009

Evgueni Evtushenko

Con dignidad

Con dignidad. Lo principal es recibir
con dignidad los tiempos que sean,
cuando la época se estanque
o se enturbie hasta el fondo.

Con dignidad, lo principal, con dignidad
para que los distribuidores de dádivas
no te conduzcan hasta el establo
y no te atasquen con heno la boca.

El miedo de los tiempos es la caída.
No malgastes tu alma en cobardía,
sino prepárate para la pérdida
de todo lo que te espanta perder.

Si ya todo está hecho trizas
hasta un extremo imposible de prever
recuérdate a ti mismo esta pequeñez:
“También esto hay que sufrir”.

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Cuándo vendrá a Rusia un hombre?
¿Uno que no nos engañe?
No hay trabajo en el gobierno, como la honestidad,
pero tal vez… algún día… por primera vez…

¿Qué haría él, un solo hombre?
¿Cómo puede traer tanta discordia en la armonía?
No tendremos ninguna compasión con él,
si no puede reformarnos.

¿Cómo puede mejorarse a sí mismo,
cuando sufre de nauseas,
escuchando las críticas voces
de nuestra muchedumbre y nuestra muchedumbrosa elite?

Debe ser velozmente lento, pero lentamente veloz.
¿Cómo disparas bombas y balas
para acertar precisamente solo a los asesinos
y dejar pasar niños y mujeres inocentes?

¿Cómo preservas la libertad y aguantas
las vulgares maneras de libertad?
¿tomando el azote de la libertad?
¿Cuándo las odas del azotado luzcan como las rayas del látigo?

¿Cómo no comportarse criminalmente, peleando contra los crímenes,
desechando colchones, cunas y cerebros?
¿ejecutando en la Plaza Roja a los grandes ladrones y aun a los insignificantes?
Rusia se convertirá en el desierto de Sahara.

La sangre de las masacres zaristas, del Gulag,
ha lavado todo nuestro honor, los hombres de confianza siguen sin castigo.
Deshonrados por nosotros mismos, anhelamos mucho la honestidad,
pero no la nuestra desafortunadamente.

A la niñez en lugar de dulces caramelos,
es mejor darles nuestra amarga memoria.
Es aterrador cuando los menores se ríen con estupidez
de la honesta pobreza de sus padres.

¿Y qué, si de pronto, un hombre viniera a Rusia,
no un falso mesías de halo fingido,
simplemente uno de nosotros, uno de entre todos.
Y él no nos engaña – pero lo engañamos nosotros?

¿Cuándo vendrá este Alguien a Rusia? ¡Hombre o mujer!
Cuando… cuando todos seamos seres humanos.
Pero la nieve crece cada vez más y más oscura,
y todo está envenenado, nuestros ríos y nosotros.

La cosecha ha fracasado –no en granos- sino en gente.
Rusia no espera más beneficios ni profetas.
¿Cuándo vendrá a Rusia, esa nación de personas,
alguien que no engañe a Rusia? ¿Cuándo?