sábado, 6 de diciembre de 2008

CIORAN


La soledad es insoportable,

a solas conmigo mismo,

a solas con mis pensamientos.

No sé como distraerlos,

como atontarlos para que no me atormenten.

Surge entonces la rabia ante la impotencia,

y la agresividad es un pequeño paso

que doy en ese estado.

Sentirse solo y estar solo no es lo mismo,

pero en mi caso, sí,

me siento solo aún cuando no estoy solo,

pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.

¿Soy demasiado consciente de la realidad,

y los demás viven en un sueño de idiotas del

que no quieren despertar (cosa que no les reprocho),

o soy yo el estúpido que cree ver demasiado,

sin ver nada?.

Sea cual sea la respuesta,

puedo decir que nunca he pedido estar aquí

y aún estando aquí,

sólo pienso en cómo salir,

sin hacer ruido,

sin que se note mi ausencia,

como si nunca hubiera estado.

Y de esa manera,

sentir la ilusión de no haber existido nunca .


Me pregunto muchas veces porqué soy así, porque tengo que ser tan consciente de que la vida es una mierda, que tal como la vivimos, tal como la sociedad nos impone una rutina, unas obligaciones, unas normas, unas prohibiciones,... es difícil vivir, es un sinsentido, esto no es vida, y a veces pienso que para vivir así, mejor no vivir. Hay quién se pone metas, objetivos, cree en algo: en un dios, en el amor,... pero es difícil creer en algo, sino crees siquiera en ti mismo y en que tiene algún sentido el que cada día te levantes, vayas al trabajo, te conviertas en una especie de máquina durante unas ocho horas y luego vuelta a casa,.... ... ... ... y así día tras día. Nadie está contento y sin embargo no hacemos nada por cambiar las cosas porque no sabemos qué es lo que podemos hacer, no sabemos cual es la solución porque no la hay, la única solución, y aunque parezca absurda, es vivir en una dulce ignorancia, ser un iluso, un estúpido que no piensa ni ve más allá que lo que alcance su mirada. No aspirar a nada más que las migajas del pastel que caigan en tus manos, y ya está, ser un conformista, sin apenas voluntad ni decisión, una especie de marioneta que ni de moverse se preocupa porque ya hay otros que se encargan de ello. No vale la pena, ¿para qué?... en fin, vivo aburrido y escéptico. ¿La amistad? ¿el amor? ¿la familia?, conceptos que poco me dicen ya, y quizás no sea por desengaños sino porque no creo en sentimientos que son imposibles en una sociedad como esta, o en una vida como esta. El hombre está condenado a no vivir en paz nunca, allá donde vaya, se sentirá obligado a cambiarlo todo y a adaptarlo a su gusto, con la excusa de que es lo mejor. Así va destruyéndolo todo y creando mierda a su alrededor, porque si algo hay perdurable que pueda crear el hombre es mierda: suciedad y basura allá por donde pasa.


Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera: sin la idea del suicidio, hace tiempo que me hubiera matado.