sábado, 10 de enero de 2009

El oficio de vivir

El arte moderno es -en la medida en que vale- un regreso a la infancia. Su motivo perenne es el descubrimiento de las cosas, descubrimiento que puede producirse, en su forma más pura, sólo en el recuerdo de la infancia. Esto es efecto de la all-pervading consciencia del artista moderno (historicismo, noción del arte como actividad suficiente en sí, individualismo) que le hace vivir desde los dieciséis años en un estado de tensión; es decir, en un estado ya no propicio para la absorción, ya no ingenuo. Y en arte sólo se expresa bien aquello que fue absorbido ingenuamente. A los artistas no les queda sino volverse hacia la época en la que todavía no eran artistas e inspirarse en ella, y esa época es la infancia.