fragmentos del diario de Seymour Glass (Salinger )que lee su hermano en "Levantad carpinteros...".
Qué noche.
En la cena estuvo el analista de la sra. Fedder, y me estuvo indagando a fondo,
hasta las once y media. En ocasiones con gran habilidad y buen sentido
[...]Habló mucho, y con inteligencia,
sobre las virtudes de vivir una vida imperfecta, de aceptar las debilidades propias y ajenas.
Estoy de acuerdo con él, pero sólo en teoría.
Siempre admiraré la actitud del que acepta todo sin discriminar,
puesto que conduce a una vida sana y a un tipo de felicidad real, envidiable.
Seguida con pureza, es una senda hacia el Tao; sin duda, la más alta senda.
Pero cuando se trata de un hombre con discernimiento...
para lograrlo habría que despojarse de la poesía, ir más allá de la poesía
.Es decir, no podría llegar a aprender a gustar de la mala poesía en abstracto,
como tampoco equipararla con la buena poesía. Debería más bien dejarla a un lado.
No sería una cosa fácil, dije.
El Dr Sims dijo entonces que lo estaba poniendo en términos demasiado exigentes,
en los términos -dijo- de un perfeccionista. ¿Puedo negarlo?...