lunes, 13 de abril de 2009

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La búsqueda de la existencia de un ser humano comienza en los lugares más sórdidos y aberrantes, no siempre, por supuesto. Pero cuando te acostumbras a vivir en determinadas condiciones, una situación mínimamente diferente puede parecer algo completamente paradisícaco.

Un lugar, una mujer, un gesto, una palabra que estimule tu subsonsciente de una manera efectiva puede convertirse en el mayor de los placeres renegando al orgasmo a un lugar remoto en los abismos de la mente. Si, el vacío es una fuerza poderosa. Una fuerza que puede impedirte pensar, hablar, relacionarte, vivir.


Pero cuando comienzas a intentar repelerlo te das cuenta de su majestuosidad, de la irremediable fuerza de su poder. Una mente inquieta puede ser su peor enemigo pero una mente evasiva puede repelerlo durante cierto tiempo antes de ponerse en pie y combatirlo o ceder y morir.

En este punto pueden ocurrir 3 cosas determinantes en la existencia del individuo, o bien luchar contra él, evadirse perpetuamente y pudrirse en un habitáculo ridículamente pequeño bebiendo hasta que el cerebro se escurra por las orejas o colgarse de una viga con un cinturón.