DIAPSALMATA
¿Qué es un poeta? Es un hombre desgraciado que oculta profundas penas en su corazón, pero cuyos labios están hechos de tal suerte que los gemidos y los gritos, al exhalarse, suenan como una hermosa música. Al poeta le acontece como a los pobres infelices que eran quemados al fuego lento en el interior del toro de Falaris, esto es, que sus gritos no llegaban al oido del tirano causándole espanto, sino que le sonaban como la más suave música. Y, sin embargo, los hombres se arremolinan en torno al poeta y le ruegan: "'¡Canta, canta otra vez!" Que es como si le dijeran: "¡Ojalá que tus labios sigan siendo los de antes! Porque los gritos nos amedentrarían, pero la música es lisonjera". Y también los críticos entran a formar parte del corro y dicen: "Muy bien, puesto que así lo ordenan los cánones de la estética". Claro que un crítico se parece mucho a un poeta, con la sola diferencia que no tiene penas en el corazón ni música en los labios.
Por todo esto, antes de ser poeta e incomprendido de los hombres, yo preferiría ser porquerizo junto al puente de Amager y que los cerdos llegaran a comprenderme.