sábado, 23 de enero de 2010

POE

P.-¿Le aflige la idea de la muerte?
V.-(Muy rápido.) ¡No..., no!
F.-¿Le desagrada esta perspectiva?
V.-Si estuviera despierto me gustaría morir, pero ahora no tiene importancia. El estado mesmérico se avecina lo bastante a la muerte como para satisfacerme.
P.-Me gustaría que se explicara, Mr. Vankirk.
V.-Quisiera hacerlo, pero requiere más esfuerzo del que me siento capaz. Usted no me interroga correctamente.
P.-Entonces, ¿qué debo preguntarle?
V.-Debe comenzar por el principio.
P.-¡El principio! Pero, ¿dónde está el principio?

Revelación mesmérica