lunes, 8 de febrero de 2010

Jorge de Sousa Braga

EL SILENCIO

Es cada vez más difícil sorprenderlo. Él se defiende
[(¿o seremos nosotros que nos defendemos de él?), se
[refugia en lugares cada vez más
[distantes, inhóspitos
[a
veces: pantanos, grutas abandonadas.

Todo crece en el silencio. Todo crece en silencio. Desde
el arce hasta la vulgar tradescantia. Pero quienes
[mejor se adaptan son, sin duda,
los miosotis.
Después de algunos minutos en silencio, ya no consigues
moverte por temor a pisarlos.