lunes, 8 de febrero de 2010

Malcolm Lowry

No eres el primero que tiene el tembleque,


el vértigo, el horror; que lleva chanclos escarlata,


ni tampoco la puta invencible


perseguida por ojos como redes de pescar. Inclinándose,


duele el rostro de hierro con ojos de ágata, y despierta


el ángel de la guarda, ve el pasado


como un partenón de posibilidades...


No eres el primero al que se coje en mentira


ni del que se dice que está muriendo.