jueves, 12 de febrero de 2009

Gurdjieff George


Nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer y transmitir las enseñanzas del Cuarto Camino (múltiples orígenes en diversas tradiciones :budismo, sufismo, hinduismo, cristianismo ortodoxo oriental). en el mundo occidental. Una personalidad misteriosa y carismática, con un agudo sentido crítico, y una elevada cultura tradicional, acaparó la atención de muchos, guiándolos hacia una supuesta evolución espiritual y humanitaria. Falleció el 29 de octubre de 1949 en Fontainebleau .

El hombre es el ser que puede “hacer”. “Hacer” significa actuar conscientemente y de acuerdo con la propia voluntad. Sin ninguna exageración podemos decir que todas las diferencias que nos impresionan entre los hombres pueden reducirse a las diferencias en la conciencia de sus acciones. Sin embargo, entre los hombres ordinarios, así como entre aquellos que son considerados extraordinarios, no hay ninguno que pueda “hacer”, porque para ello se necesita un grado muy elevado de ser y de conocimiento, de los que carece el hombre que duerme. En su caso todo está hecho en el sueño. Ante todo el hombre debe despertar. Habiendo despertado, verá que tal como es, no puede “hacer”. Tendrá que morir voluntariamente. Una vez muerto, puede nacer. Pero el ser que acaba de nacer, debe crecer y aprender. Cuando haya crecido y sepa, entonces podrá “hacer”. De momento, el hombre ni siquiera es capaz de la más mínima acción independiente o espontánea. La totalidad de él no es otra cosa que el resultado de influencias externas. El hombre es un proceso, una estación transmisora de fuerzas ."

Debe tomar la decisión de que será absolutamente sincero consigo mismo, que no cerrará sus ojos a nada, que no rehuirá ningún resultado, sin importar a dónde lo conduzca, que no temerá ninguna deducción, y que no se limitará por muros previamente erigidos. Se requiere mucho valor para aceptar sinceramente los resultados y conclusiones a que se llegue. Éstos desbaratan toda su línea de pensamiento, y lo privan de sus más agradables y queridas ilusiones. Ante todo ve su total impotencia y desamparo ante literalmente todo lo que le rodea. Es poseído por todo y gobernado por todo. Él no posee y tampoco gobierna nada. Las cosas lo atraen o repelen. Toda su vida no es más que un ciego dejarse llevar por estas atracciones y repulsiones. Además, si no teme a las conclusiones, puede ver cómo se forman lo que él llama su carácter, gustos y hábitos: en una palabra, cómo están construidas su personalidad e individualidad.

Al hombre que está buscando con todo su ser, con todo el interior de sí mismo, le llega la indefectible convicción de que el descubrir cómo saber a fin de hacer, sólo le es posible encontrando un guía con experiencia y conocimiento, que lo tome bajo su custodia convirtiéndose en su maestro. Y aquí es donde el olfato de un hombre es más importante que en cualquier otra parte. Escoge un guía para sí mismo.
La teoría del esoterismo es que la humanidad consiste de dos círculos: uno grande, exterior, abarcando a todos los seres humanos, y un círculo pequeño en el centro de personas instruidas y con comprensión. La instrucción verdadera, la única que puede cambiarnos, sólo puede venir de este centro, y la meta de esta enseñanza es ayudarnos a prepararnos para recibir tal instrucción.
El desarrollo de sí es imposible sin una fuerza adicional desde afuera y también desde adentro.

Es importante recordar que el primer objetivo no es mejorar a partir de lo que ya somos, sino que lo que somos muera. Gurdjieff dirá que “Lo que importa es reestablecer lo que ha sido perdido, no adquirir nada nuevo. Este es el propósito del desarrollo. Hasta que un hombre no se desnude a sí mismo, no podrá ver”.

PARA CREARME HE DE DESTRUIRME .
FERNANDO PESSOA