miércoles, 1 de abril de 2009

CHEJOV

NINA. (Sola) Qué raro resulta ver llorar a una actriz famosa, y por un motivo tan trivial. Y también es raro que un escritor célebre, amado del público, de quien escriben en todos los periódicos, cuyos retratos se venden y cuyas obras se traducen a otros idiomas, se pase el día pescando y se alegre cuando saca un par de gobios. Yo pensaba que las personas conocidas eran altivas, inaccesibles, que desdeñaban a la chusma y, con su gloria y su renombre, se vengaban en cierto modo de ella porque coloca el rango y la riqueza por encima de todo. Pero, resulta que lloran, pescan, juegan a las cartas, ríen y lloran como los demás.
LA GAVIOTA

En las noches sin sueño pienso a veces: Señor, nos has dado bosques inmensos, campos infinitos, vastos horizontes y nosotros, que vivimos aquí, deberíamos ser a su medida, ser como gigantes.
El jardín de los cerezos.

Tolstoi a Chéjov, sobre sus obras de teatro): ¿Sabes?, no puedo soportar a Shakespeare, pero tus obras son aún peores.