lunes, 8 de febrero de 2010

David Castillo

Aseguran que el tiempo es un gran fajador,


que todo lo olvida.


Yo creo que incluso la capacidad de olvido olvida.




Es demasiado dura esta madrugada


tras una noche dura:


la tristeza de las discotecas vacías,


la crisálida de la resaca que ya no sabe dónde está,


las palabras del último amigo con resaca cuando te dice


que la resaca es la expresión


más exacta del remordimiento.




Vamos arriba y abajo por esta Diagonal aún muda,


atravesamos calles que la cruzan,


lentas y peligrosas como sólo sabe serlo la madrugada.




La poesía enseña o engaña,


es necesaria o es innecesaria,


mira el mundo que es un sitio cruel para un hombre,


más para un poeta que siempre había creído


que llegaba demasiado tarde a tu cuerpo desnudo,


cuando, al final, se enteró de que llegaba demasiado pronto.




El mundo es un sitio cruel para un hombre


y ese remordimiento que lo aplasta


falsea sus ideas y las sitúa delante


de sí mismo, delante del espejo negro


donde todo se ve más claro,


oscuro y claro como tu amor voluble.