lunes, 8 de febrero de 2010

SAFRICA

De un día para otro se han
desprendido las retinas y han obligado
a mi corazón a hacer turismo
un turismo descontrolado
por fábricas y gasolineras, calibrando
la distancia entre una manguera y un
sueño.

Tenías, cariño, lo recuerdo
esa expresión
tan hermosa en la cara cuando me mirabas

de un día para otro se han
muerto los pedazos de papel aliñados
con la lágrima que cae por inercia vaga
con la única que sale yo apenas puedo
ya
llorar
por
nada.

Supe que no me merecía los premios, supe
que lo mejor que me había pasado en la vida no
podía ser más que algo efímero aún así
uno quiere creer que durará para siempre
que sabrá
manejarlo
mantenerlo
alentarlo.