viernes, 29 de enero de 2010

SALINGER .







EL QUE CAMINO EN MANHATTAN CON HOLDEN Y EN LA PLAYA CRUZO ALGUNAS PALABRAS CON SEYMOUR SABE QUE J.D NUNCA MORIRA.



[La señora Glass (Bessie), madre de los siete hermanos prodigio, empezando por Seymour -que se ha suicidado hace varios años- y terminando por Zooey y Franny, habla con el primero sobre la crisis nerviosa con ribetes místicos que está atravesando la segunda; la escena, en el baño de la casa materna.]

... la señora Glass dio un innecesario tirón a su redecilla, luego sacó los cigarrillos y las cerillas, pero únicamente los sostuvo en la mano.

-Para tu información -dijo-, yo no dije que fuera a llamar al psicoanalista de Philly Byrnes, sólo dije que estaba pensando en hacerlo. En primer lugar, no se trata de un psicoanalista cualquiera. Da la casualidad de que es un psicoanalista católico y muy devoto, y pensé que podría ser mejor eso que quedarse sentado y ver cómo esa niña...

-Bessie, te lo advierto, maldita sea. Me da lo mismo que sea un veterinario budista muy devoto. Si llamas a algún...

-No es preciso ponerse sarcástico, jovencito. Conozco a Philly Byrnes desde que era un niño pequeño. Tu padre y yo actuamos con sus padres en el mismo programa durante años. Y sé seguro que ir al psicoanalista ha convertido a ese muchacho en una persona absolutamente nueva y encantadora. Estuve hablando con su...

Zooey dejó el peine dentro del botiquín con un golpe seco, luego cerró la puerta del armarito con un gesto de impaciencia.

-¡Qué estúpida eres, Bessie! -dijo-. Philly Byrnes. Philly Byrnes es un pobre hombre, impotente, sudoroso y cuarentón, que ha dormido durante años con un rosario y un número de Variety debajo de la almohada. Estamos hablando de dos cosas tan distintas como el día y la noche. Ahora...escúchame, Bessie -Zooey se volvió para mirar de frente a su madre y la examinó cuidadosamente, con la palma de la mano sobre el lavabo, como buscando apoyo-. ¿Me escuchas?

La señora Glass terminó de encender otro pitillo antes de comprometerse. Luego, exhalando el humo y sacudiendo imaginarias briznas de tabaco de su regazo, contestó sombríamente:

-Te escucho.

-De acuerdo. Ahora te estoy hablando muy en serio. Si tú... Escúchame bien. Si no quieres, o no puedes, pensar en Seymour, sigue adelante y llama a algún psicoanalista ignorante. Hazlo. Llama a algún analista experto en adaptar a la gente a los placeres de la televisión, de la revista Life todos los miércoles, de los viajes a Europa, de la bomba H, de las elecciones presidenciales, de la portada del Times, de las responsabilidades de la Asociación de Padres y Profesores de Westport y Oyster Bay, y Dios sabe qué otras cosas gloriosamente normales..., hazlo, y te juro que, en menos de un año, Franny estará en un manicomio o vagando por un maldito desierto con una cruz ardiente en las manos.

La señora Glass sacudió más briznas de tabaco imaginarias.

-Está bien, está bien. No te alteres tanto -dijo-. Por Dios santo, nadie ha llamado a nadie.

Zooey abrió bruscamente la puerta del armarito, contempló el interior, sacó una lima de uñas y cerró la puerta. Tomó el cigarrillo que había puesto en el borde del estante de cristal y le dio una chupada, pero estaba apagado.

-Toma- dijo su madre y le tendió su paquete de extra largos y su carterita de fósforos.

Zooey tomó un cigarrillo del paquete y llegó a ponérselo entre los labios y a encender un fósforo, pero la presión de sus pensamientos le impidió ir más allá; apagó la cerilla y se quitó el pitillo de la boca. Sacudió la cabeza con impaciencia.

-No sé -dijo-. Me parece que debe de haber un psicoanalista escondido en alguna parte que podría ayudar a Franny..., lo pensé anoche -hizo una ligera mueca-. Pero yo no conozco a ninguno. Para que un psicoanalista le sirviera de algo a Franny, tendría que ser un tipo muy especial. No sé. Tendría que creer que si tuvo la inspiración de estudiar psicoanálisis fue por la gracia de Dios. Tendría que creer que si no le atropelló un maldito camión antes de que obtuviera su licencia para ejercer, fue por la gracia de Dios. Tendría que creer que si posee la inteligencia natural que le permite ayudar en algo a sus malditos pacientes es por la gracia de Dios. No conozco a ningún buen analista que piense nada parecido. Pero ése es el único tipo de psicoanalista que podría servirle a Franny. Si da con alguien terriblemente freudiano, o terriblemente ecléctico, o sólo terriblemente mediocre, alguien que ni siquiera sienta una absurda y misteriosa gratitud por poseer intuición e inteligencia..., saldrá del análisis en peor estado que Seymour. Me preocupa horrores pensar en eso...

FRAGMENTO Franny & Zooey