lunes, 8 de febrero de 2010

Eusebio Ruvalcaba

UNOS CUANTOS TRAGOS AMARGOS

Las encías me sangran.
Tengo dos meses con una basura en el ojo.
El brazo derecho me duele constantemente
a partir de una caída en la calle.
La diabetes me nubla la vista.
Pero todo se me olvida mientras
bebo mi ron.
Y me pregunto cuántos de los que estamos aquí,
hoy, esta noche,
concentrados en nuestro trago,
platicando con los amigos
o sencillamente leyendo el periódico cuántos
no estarán colapsados por dentro.
Cuántos no sufrirán cálculos en la vesícula
o los riñones.
Tendrán artritis,
las muelas hechas pedazos,
el hígado inflamado al doble
o un dolor punzante en la boca
del estómago.
Me pregunto eso.
Y levanto el vaso.
Yo solo, aquí, en mi mesa.
Y brindo por la salud de todos los que están aquí.
Pues por más enfermos que estén,
los que están enfermos,
los que de verdad sus vísceras se encuentren
a punto de estallar,
finalmente
pueden llevarse el vaso a la boca y beber.
Hoy, ahora. Mañana no importa.
Que Dios los guarde.

El frágil latido del corazón de un hombre

Arturo Méndez Cons

Record de asistencia II


Entro en el lavabo a oscuras
mientras dejo a Miguel, fuera
hablando solo, quejándose de lo deteriorada
que está su relación paterno filial
por culpa de la Juez, del
psicólogo y no le doy al interruptor porque
logro distinguir la taza y se está mejor
así, parece que pueda oírse
la lluvia con mayor
nitidez, que el aire
limpio, más que de costumbre y
las gotas golpeen con lentitud, la ventana
traslucida y
por algún motivo todo eso me proporciona
cierto momentáneo estado de serenidad y aunque
lo lamente, esa es la verdad, por Miguel y por su
hija.

Es curioso
que las personas se distancien así. Sin saber
por qué un día puedes tomar un avión y despegas
con un alka seltzer en el
bolsillo de la camisa, tragas
un martini seco con el
cinturón de seguridad bien abrochado y
cruzas el
océano una vez la azafata y el resto
de la tripulación os
han ilustrado sobre como sobrevivir
a una tragedia aérea
os desean feliz viaje y os
recomiendan comprar algún artículo
(probablemente inútil) de dutty free

De poco sirve la serotonina a
los maníaco depresivos y veintiséis
años, por ejemplo, pueden no ser nada y
muchos seres humanos viven menos que eso, esta
lluvia no parará nunca, tiro de la cadena y abro el grifo, me
parece un desperdicio de agua, agua, y más agua, me seco las
manos, no lo reconozco con precisión pero juraría
que he oído un carraspeo, casi un tosido o un
sollozo y al salir le digo a bocajarro, -Tranquilo
Miguel, ya lo verás:
que
todo se arreglará-.
Y él,

alza el rostro
algo aturdido y a su vez pregunta-. ¿Pero

no está muy
oscuro
aquí?

SAFRICA

De un día para otro se han
desprendido las retinas y han obligado
a mi corazón a hacer turismo
un turismo descontrolado
por fábricas y gasolineras, calibrando
la distancia entre una manguera y un
sueño.

Tenías, cariño, lo recuerdo
esa expresión
tan hermosa en la cara cuando me mirabas

de un día para otro se han
muerto los pedazos de papel aliñados
con la lágrima que cae por inercia vaga
con la única que sale yo apenas puedo
ya
llorar
por
nada.

Supe que no me merecía los premios, supe
que lo mejor que me había pasado en la vida no
podía ser más que algo efímero aún así
uno quiere creer que durará para siempre
que sabrá
manejarlo
mantenerlo
alentarlo.

David Castillo

Aseguran que el tiempo es un gran fajador,


que todo lo olvida.


Yo creo que incluso la capacidad de olvido olvida.




Es demasiado dura esta madrugada


tras una noche dura:


la tristeza de las discotecas vacías,


la crisálida de la resaca que ya no sabe dónde está,


las palabras del último amigo con resaca cuando te dice


que la resaca es la expresión


más exacta del remordimiento.




Vamos arriba y abajo por esta Diagonal aún muda,


atravesamos calles que la cruzan,


lentas y peligrosas como sólo sabe serlo la madrugada.




La poesía enseña o engaña,


es necesaria o es innecesaria,


mira el mundo que es un sitio cruel para un hombre,


más para un poeta que siempre había creído


que llegaba demasiado tarde a tu cuerpo desnudo,


cuando, al final, se enteró de que llegaba demasiado pronto.




El mundo es un sitio cruel para un hombre


y ese remordimiento que lo aplasta


falsea sus ideas y las sitúa delante


de sí mismo, delante del espejo negro


donde todo se ve más claro,


oscuro y claro como tu amor voluble.

Josep Esteve Rico Sogorb

Acabaré
-quizás si,
quizás no-
por aborrecer
el alcohol
que nos envenena
las noches.

Posiblemente,
porque sentí
a la Cólera
encender iras
y odios
en las frías noches
de invierno.

O porque
-¿recuerdas?-
corrímos
enfurecidos
por los desolados
callejones.

Recuerda
que entramos
en casa
airadamente,
cerrando
puertas
a patadas.

Aún guardo
muy bien
aquellas
frases tuyas
tan fuertes,
resonando
como golpes
sacudiendo
mi orgullo
hasta
desnudarlo.

Aquel
queso blanco
que estrellaste
con rabia
contra
el cuadro
del pasillo
que terminó
roto en
el cubo
de la basura.

Recuerdo
el abismo
que se abrió
en nuestra cama
divindiéndonos
como límite
para sentirnos
tan distantes
cuando incluso
nos rozábamos
las piernas

Regresé
a las orillas
del precipicio
tras sentir
cómo un simple
colchón
me separó
de ti.

Todo
comenzó
una noche...
...hace años...
con el alcohol.

...Creo que,
acabaré
odiándolo...

del libro Estas son nuestras ruinas

Malcolm Lowry

No eres el primero que tiene el tembleque,


el vértigo, el horror; que lleva chanclos escarlata,


ni tampoco la puta invencible


perseguida por ojos como redes de pescar. Inclinándose,


duele el rostro de hierro con ojos de ágata, y despierta


el ángel de la guarda, ve el pasado


como un partenón de posibilidades...


No eres el primero al que se coje en mentira


ni del que se dice que está muriendo.

Pablo Casares

DESDE QUE TU TE FUISTE


Ni el bar de toda la vida,
ni la gente que antes te hacía reír,
ni las chicas que pretendías seducir

valen nada.

Todo es poco cuando hay que llenar tanto.




Fingiré que estoy de paso.

Bob Kaufman

Sentado aquí a solas, en paz


con mi tristeza privada


desnudo de conceptos


del ojo de la mente


la visión del revés, invertida


mirando sólo las propiedades


que hay dentro de las paredes del yo,


sintiendo las raíces que me sujetan


a este simple árbol humano


que zarandeo para liberarme,


sabiendo que el éxito


de este estallido


será medido


por la furia


de la caída


en la paz eterna


el fin de Todo.

IGNACIO ESCUIN

Hay varias cosas difíciles de entender


tan pronto estás arriba como abajo


te quieren o te odian


y pasar desapercibido sólo es posible


para algunos.


Para entenderlo hay que saber qué suelo se pisa


y cuál es el lugar indicado para ello.


Los que vienen detrás


saben que nada es eterno y luchan


por pisar donde yo piso.


Yo os regalo mi baldosa,


tomadla.


Y tened cuidado, es una trampa:


después de ésta querréis otra.


Por desgracia para mantenerse en pie


existen dos opciones:


irse muy lejos


o morder para sostenerse.

DAVID GONZALEZ

no digas que no.


Sí puedes cambiar el mundo.


sólo precisas
un brazo
una mano
piedras.


estas son las mías:


llevo el pelo largo.


me salto los semáforos en verde.


me enfrento en duelos de miradas
siempre que la autoridad competente me desafía.


en el autobús, le cedo el asiento a los niños:
los mayores ya tuvieron su oportunidad
y no supieron, o no quisieron, aprovecharla.


no uso gafas de sol:
no me avergüenzo de mis lágrimas,
y cuando hablo con alguien
le hablo a los ojos.


no miro a nadie por encima del hombro
y eso que mido 1 metro 85 centímetros.


no hablo de lo que no sé.


no hablo.


escribo.


escribo poemas.


estas son mis piedras, parte de ellas.


piensa en las tuyas,
y recuerda:
brazo
mano
piedras.


pero,
sobre todo,


el gesto.

Charles Bukowski

la carne cubre el hueso


y dentro le ponen


un cerebro y


a veces un alma,


y las mujeres arrojan


jarrones contra las paredes


y los hombres beben


demasiado


y nadie encuentra al


otro


pero siguen


buscando


de cama


en cama.


la carne cubre


el hueso y la


carne busca


algo más que


carne.




no hay ninguna


posibilidad:


estamos todos atrapados


por un destino


singular.


nadie encuentra jamás


al otro.




los tugurios se llenan


los vertederos se llenan


los manicomios se llenan


los hospitales se llenan


las tumbas se llenan




nada más


se llena.

SILVIA PLATH

Impulsados por el imán de la calamidad


merodean y miran como si la casa


quemada fuera de ellos, o como si pensaran


que en cualquier momento algún escándalo pudiera


escurrirse


de un armario asfixiado por el humo;


ni muertes ni heridas prodigiosas


sacian a estos cazadores de la vieja carnaza,


de rastro de sangre de tragedia austera.




Madre Medea con su túnica verde


se mueve humilde como cualquier ama de casa por


sus estancias en ruinas, haciendo el inventario


de zapatos calcinados, de tapicería empapada:


privada de la pira y la tortura,


la multitud le sorbe la última lágrima y le vuelve la


espalda.
Si esta es tu primera noche en el Club de la Pelea... entonces tienes que pelear.

DAÑOS COLATERALES

sábado, 6 de febrero de 2010

Emma Barrandeguy

Las puertas” (1974)

Un hombre. Las costas verdes, los arandizales
El mostrador donde acodabas tus hazañas,
aquellas suelas y el martillo curvo.
las telas de las nutrias,
la manta, testimonio de esa fiebre
que trajiste del Norte.
El machete triunfal sobre las pajas,
las redes abiertas junto a tus polémicas,
la canoa prestada y los anzuelos,
la cuadra de batatas que dejaste sembradas
entra en el territorio del recuerdo,
porque la vida de un hombre, de un loco, de un rebelde,
de un disconforme eterno
de un hombre que no supo hacer dinero
pero sí caminar, conversar, beber, estar en desacuerdo
y desatárselo en palabras a la gente,
porque la vida de un hombre como tú, digo
no es más que esto,
una enumeración de circunstancias,
el recuerdo de un proceso,
una barba crecida, un hijo muerto, unos ojos brillantes,
grajos del Gualeguay entre los remos.
En el agua tenías que morir, no hay que asombrarse
Tendiendo redes en la noche, para pescar, por fin, tu corazón inquieto.



LOS POETAS VIEJOS



En los concursos de poesía,

los poetas de setenta años

sacan premios que no alcanzan

ni al precio de una edición modesta

ni al de un par de zapatos.

Lo saben

pero mandan igualmente sus versos.

En los partidos de ajedrez

se ponen y sacan los anteojos,

limpian con atención los cristales,

esperan, como siempre,

que el peón pueda anular una jugada

que parecía brillante.

En los reportajes

hablan del viejo Palermo

o de los amigos que se murieron

o de lo que podría hacerse en el país

si la marcha del mundo fuera otra

y volvieran los brillantes debates de las Cámaras.

En la radio evocan los tiempos

de Crítica o de la Revista Martín Fierro;

y no recuerdan a Boedo

porque es un tema peligroso

y revivir no quiere decir suscitar

ni resucitar.

En la calle Florida

miran,

como los provincianos,

a ver si alguien conocido los saluda,

o ciegos,

se dejan tomar del brazo

hasta la próxima bocacalle,

hasta la próxima charla.

En las librerías

observan los estantes con disimulo

en busca del lomo con su nombre

y discretamente se informan

sobre el modo cómo se vende la poesía.

El triunfo llega siempre tarde

para ellos

o se renueva en actitudes de cada día

y en un mundo que los desconoce

navegan aguas incontaminadas.

Slawomir Mrozek

Decidí comenzar una nueva vida. Categórica e inapelablemente. Sólo quedaba una cuestión por decidir: ¿a partir de cuándo? La respuesta no dejaba lugar a dudas: “a partir de mañana”.
Al despertarme al día siguiente constaté que una vez más era “hoy”, igual que “ayer”. Puesto que había de comenzar una nueva vida “a partir de mañana”, no podía comenzar “hoy”. “No importa –pensé-. Mañana será también mañana”. Y pasé tranquilamente el día a la antigua. No sólo sin remordimientos de conciencia, sino lleno de buenos sentimientos y reconfortante esperanza.

Pero, por desgracia, el día siguiente era de nuevo hoy, igual que ayer y anteayer. “No es culpa mía –pensé- que algún demonio no pare de cambiar el mañana por el hoy. Mi decisión es irreprochable e irrevocable. Intentémoslo una vez más, acaso el demonio se canse y mañana sea por fin mañana.”

Desgraciadamente no fue así. Seguía siendo hoy y nada más que hoy. Acabé por perder la esperanza. “Todo parece indicar que nunca llegará ese mañana –pensé-. ¿Y si comienzo la nueva vida no a partir de mañana sino a partir de hoy?”. Sin embargo enseguida advertí lo absurdo de semejante planteamiento. Porque si hoy se repite invariablemente desde hace tanto tiempo, tiene que ser ya muy viejo, y por tanto cualquier vida hoy también tiene que ser vieja. Una nueva vida es una nueva vida y sólo es posible si comienza de nuevo, o sea a partir de mañana, si es que ha de ser de veras nueva.

Y me fui a dormir con la firme decisión de que a partir de mañana comenzaría una nueva vida. Porque a pesar de todo siempre tiene que un mañana.”


JUEGO DE AZAR

VICENTE BERDU

Las visitas

Entre recibir o no recibir en casa se intercala, de todos modos, una variable inquietud. La casa es sustantivamente para la estabilidad, la conservación o la estabulación.
¿Una visita? Se trate de parientes o amigos, seres humanos con o sin mascotas, su introducción en el mundo hogareño constituye una rara inoculación, casi siempre consternadora.

Muy bien que tras la terminación de la visita entre besos y abrazos de despedida, un balsámico silencio casi ancestral vuelva al salón en señal de haber superado el trance. Muy bien que esas personas más o menos ajenas o próximas hayan consentido en acercar nuestras vidas, sus nuevas o antiguas noticias y, al final, del conjunto hablado y sentido se haya compuesto una solidaridad imprevista y confortadora.

El acto de visitación que se desarrolla bien deja tras de sí una secuencia fresca y dichosa y de la visita que sale mal, no merece la pena hablar puesto que corrobora la aciaga perspectiva de abrir la puerta a cuerpos y circunstancias incontroladas y necesariamente desazonantes.

Siempre, en cualquiera de los supuestos, ser visitado conlleva una rara perturbación y de hecho, las personas al envejecer y debilitarse van reduciendo el número de encuentros con los demás, por la misma razón de la energía que se requiere y la fatiga con inevitablemente se deriva.

No sólo no abrir las puertas a las personas de afuera sino impedir que el significado interior se altere por efecto de elementos externos, indeterminables en sí, es una querencia que aumenta con los años del hogar y de sus huéspedes.

La edad, especialmente en los varones, hace crecer una orientación centrípeta en todo su ser a la manera de un lento torbellino que tiende a arroparse en sí mismo, como en un movimiento de metamorfosis que convierte la actividad anterior en un lienzo y la movilidad en el amor a la parálisis. Toda experiencia de esta lentitud final, cada vez más encharcada de luto, induce a protegerse, cuidarse de tropiezos y averías que acaso una visita podría traer desde el paisaje exterior, incluido el paisaje impreso en la propia visita.

Correlato de todos estos mundos adultos, , donde la morosidad y el torpor aumenta, es el modelo de la casa adulta, tan madura en la decoración, desgastada en la tapicería como sobrecargada de objetos. Un universo tan manoseado y abigarrado que tanto la novedad como el volumen de la visita se acogen entre el temor a cualquier percance y el miedo al insoportable abigarramiento.

Más que amigos y amigas que, en la juventud, se comportan como compañeros del juego o piezas del juego mismo, en la vejez, amigos y amigas, son en cuanto visitadores bultos que, tarde o temprano sobre los que tarde o temprano se preferirá su ausencia.

Ante estos encuentros lentificados, espesos y semienfermizos se resiste la quebrada salud de la vivienda y, en definitiva, el delicado estado de su composición y el difícil equilibrio de su supervivencia.
La ausencia, en cambio, se convierte así -como nunca antes- en la forma privilegiada de la presencia.

La vinculación al presente de cada jornada va pareciendo más y más aburrida mientras el lazo con cualquier forma de ausencia cobra un valor biológico y brillante en casi todo. Por esa circunstancia, la edad va coleccionando y puntuando aquellos factores que, más o menos, se relacionan con el vacío, la lejanía o la pérdida de manera que la más apreciada compañía termine siendo la habitación de la soledad. ¿Cómo pedir que haya pues contento en el momento de recibir? ¿En la coyuntura de ver presentes, ásperos de realidad, a los que endulzaba la memoria desde su lontananza y con quiénes nos abrazábamos tanto en la pureza del silencio como en el ilimitado amor de su transparencia?

HECTOR GATICA

ME DECIAN
ESE ES LLANTO
Y YO LES RESPONDIA
NO, ESO ES AMOR.

ME GRITABAN
NO TE CUELGUES DEL AGUA
Y YO IBA Y CAMINABA SOBRE EL
MIEDO.

ASI ANDUVE EN EL TEMOR DE LOS
QUE PENSARON
QUE A LA HORA DE LOS VIENTOS
SERIA UN ARBOL TUMBADO.

ME CANSA LA LLANURA SIN PELDAÑOS.
HAY QUIENNES SIGUEN CREYEDO AUN
QUE EL DOLOR ES UN CASTIGO -

DE, EL VIAJE, 2009

viernes, 5 de febrero de 2010

PIES DELCALZOS

Las cosas más importantes de su vida las hacía con los pies descalzos. Con los pies descalzos dio sus primeros pasos. También marcó su primer gol, después de una carrera tan intensa por el campo que le llevó a perder sus zapatillas. Y a partir de ahí, todo lo demás lo hizo con los pies descalzos. El primer beso (con los pies fríos), la primera maratón en la que salió ganador, la primera entrevista de trabajo (tuvo mucha suerte), su boda, el nacimiento de sus hijos. Se defendía diciendo que le gustaba estar en contacto con la tierra, o al menos, con el suelo, fuera de madera, de baldosas o de asfalto, que así sentía mejor las cosas, por todos los poros. Cuando murió, le enterraron con zapatos de cordones, unos zapatos elegantes. Ni su mujer ni sus hijos se los quitaron. El más pequeño de los nietos preguntó por qué enterraban con zapatos a un abuelo que iba siempre descalzo. Y con calcetines gordos -añadió la abuela- para que no pueda sentir el frío de ese ataúd.

,,,,,,,

No se tomen nada en serio.

disfruten.. gasten solo lo necesario y relájense.. no hace falta que
lean más si esto no les agrada..
lo comprendo.. si yo no fuera yo.. no me gustaría.
no me aguantaría.
yo sé hacer alguna cosa.. cuando las primaveras vienen...
el resto del año inverno en una cueva entre músicas, libros y revistas
de extraterrestres...

las cosas que hago son.
a secas.
no pretendo nada más.
solo ser.. y poder crear cosas que sean, por sí mismas.

Háganme caso (si quieren) ..... compren un cuadernito para escribir y
dibujar cosas en él.. no se excedan con el tamaño,
(si no la primavera de inspiraciones les pasará factura en los brazos)..

y dibujen.. escriban.. trozeen las hojas y regalenselas a sus seres más
queridos (en el, afortunado caso de que tengan),
se lo agradecerán..
que no os preocupe si el trazo es gordofino, o ancholargo.. eso no
tiene la menor importancia ... simplemente respiren
sean uno con lo que hagan y ya verán que divertido.

los árboles jugarán con ustedes.

y después...
jeje
después hará frio.. o lloverá o nevará.. o mil demonios les esperarán en
el trabajo..
o detrás de una esquina para pegarles palizas por no tener su piel,
pero ustedes tendrán un secreto...
una existencia en algún bolsillo.

una existencia de verdad.

y eso.. es mucho.

quizás demasiado.

Enrique Páez

Era bajito, le gustaban los bonsáis, las cajas de alfileres, los niños, las pulgas, las cunas y el arroz. Pensó que su vida estaba abocada al fracaso, hasta que descubrió que se llamaba Monterroso.

CATULO CASTILLO

Una canción en la niebla

La niebla de la noche nos castiga

con una gris distancia de recuerdos.

La niebla de los puertos y la vida

que ronda con sus pasos de silencio.

Detrás está la luz de antiguos días

y el horizonte azul que yo presiento.

Mi soledad te espera en la neblina

con la canción que llora sin saberlo.


La niebla, carrusel,

y estamos solo

girando el carretel,

el carretel…

La niebla, carrusel,

que alguna noche

ha de acercarse con la sombra de él…


Una canción se filtra entre la niebla

con una gris mortaja de fantasma,

y el corazón se sienta en la vereda

para escuchar los ecos que se apagan.

Presiento que allí estas detrás del viento,

y que vendrás a mí como una sombra,

no sé de que distancia, ni de que puerto.

siguiendo la canción que no te nombre.

Anne Sexton

Los bombarderos

Nosotros somos América.
Somos los que rellenan los ataúdes.
Somos los tenderos de la muerte.
Los envolvemos como si fuesen coliflores La bomba se abre como una caja de zapatos.
¿Y el niño?
El niño decididamente no bosteza.
¿Y la mujer?
La mujer lava su corazón.
Se lo han arrancado
y se lo han quemado
y como último acto
lo enjuaga en el río.
Este es el mercado de la muerte.
¿Dónde están tus méritos,

América?

El asesino
La muerte correcta está escrita.
Colmaré la necesidad.
Mi arco está tenso.
Mi arco está listo.
Soy la bala y el garfio.
Estoy armada y lista
Desde mi mira, lo tallo
como un escultor. Moldeo
su última mirada a todos.
Cambio sus ojos y su cráneo
constantemente de posición.
Conozco su sexo de macho
y lo recorro con mi dedo índice.
Su boca y su ano son uno.
Estoy en el centro de la sensación.
Un tren subterráneo
viaja a través de mi ballesta.
Tengo un cerrojo de sangre
y lo he hecho mío.
Con este hombre tomo en mis manos
su destino y con este revólver
tomo en mis manos el periódico y
con mi ardor tomaré posesión de él.
Se inclinará ante mí
y sus venas saldrán en desorden
como niños… Dame
su bandera y sus ojos.
Dame su duro caparazón y su labio.
Él es mi mal y mi manzana y
lo acompañaré a casa.

Descalza

Amarme sin zapatos
significa amar mis piernas largas y bronceadas,
queridas mías, buenas como cucharas;
y mis pies, estos dos chicos
que se escaparon a jugar desnudos. Intrincados nudos,
mis dedos. Libres ya de sujeción.
Y todavía más, miren las uñas y
cada una de las diez etapas, tubérculo a tubérculo.
Vehementes y alocados, todos ellos, este cerdito
fue al mercado y este otro se
quedó. Largas piernas bronceadas, y largos y bronceados dedos.
Más arriba, cariño, la mujer
confiesa sus secretos, pequeñas casas
y pequeñas lenguas que te lo cuentan todo.

No hay nadie más que vos y yo
en esta casa en la península.
El mar lleva un cencerro en el ombligo
y yo soy tu sirvienta descalza
por una semana entera. ¿Querés un poco de salame?
No. ¿Querés un whisky, a lo mejor?
Tampoco. Vos no sos de tomar. Vos
me tomás a mí. Las gaviotas persiguen a los peces
gritando como chicos de tres años.
Las olas son narcóticas, me llaman
Yo soy, yo soy, yo soy
toda la noche. Descalza

Néstor Perlongher

El cadáver

¿Por qué no entré por el pasillo?
Qué tenía que hacer en esa noche
a las 20.25, hora en que ella entró,
por Casanova
donde rueda el rodete?
Por qué a él?
entre casillas de ojos viscosos,
de piel fina
y esas manchitas en la cara
que aparecieron cuando ella, eh
por un alfiler que dejó su peluquera,
empezó a pudrirse, eh por una hebilla de su pelo
en la memoria de su pueblo
Y si ella
se empezara a desvanecer, digamos
a deshacerse
qué diré del pasillo, entonces?
Por qué no?
entre cervatillos de ojos pringosos,
y anhelantes
agazapados en las chapas, torvos
dulces en su melosidad de peronistas
si ese tubo?
Y qué de su cureña y dos millones
de personas detrás
con paso lento
cuando las 20.25 se paraban las radios
yo negándome a entrar
por el pasillo
reticente acaso?
como digna?
Por él,
por sus agitados ademanes
de miseria
entre su cuerpo y el cuerpo yacente
de Eva, hurtado luego,
depositado en Punta del Este
o en Italia o en el seno del río
Y la historia de los veinticinco cajones

Vamos, no juegues con ella, con su muerte
déjame pasar, anda, no ves que ya está muerta!

Y qué había en el fondo de esos pasillos
sino su olor a orquídeas descompuestas,
a mortajas,
arañazos del embalsamador en los tejidos

Y si no nos tomáramos tan a pecho su muerte, digo?
si no nos riéramos entre las colas
de los pasillos y las bolas
las olas donde nosotras
no quisimos entrar
en esa noche de veinte horas
en la inmortalidad
donde ella entraba
por ese pasillo con olor a flores viejas
y perfumes chillones
esa deseada sordidez
nosotras
siguiéndola detrás de la cureña?
entre la multitud
que emergía desde las bocas de los pasillos
dando voces de pánico

Y yo le pregunté si eso era una manifestación o un entierro
Un entierro, me dijo
entonces vendría solo
ya que yo no quería entrar por el pasillo
para ver a sus patas en la mesa de luz,
despabilando
Acaso pensé en la manicura que le aplicó el esmalte Revlon?
O en las miradas de las muchachas comunistas,
húmedas sí, pero ya hartas
de tanta pérdida de tiempo:
ellas hubieran entrado por el pasillo de inmediato
y no se hubieran quedado vagando por las adyacencias
temiendo la mirada de un dios ciego
Una actriz –así dicen–
que se fue de Los Toldos con un cantor de tangos
conoce en un temblor al General, y lo seduce
ella con sus maneras de princesa ordinaria
por un largo pasillo
muerta ya
Y yo
por temor a un olvido
intrascendente, a un hurto
debo negarme a seguir su cureña por las plazas?
a empalagarme con la transparencia de su cuerpo?
a entrar, vamos por ese pasillo donde muere
en su féretro?

Si él no me hubiera dicho entonces que está solo,
que un amigo mayor le plancha las camisas
y que precisaría, vamos, una ayuda
allá, en Isidro
donde los terrenos son más baratos que la vida

lotes precarios, si, anegadizos
cerca de San Vicente (ella
no toleraba viajar a San Vicente
quiso escapar de la comitiva más de una vez
y Pocho la retuvo tomándola del brazo)

Ese deseo de no morir?
es cierto?
en lugar de quedarse ahí
en ese pasillo
entre sus fauces amarillas y halitosas
en su dolor de despertar
ahí, donde reposa,
robada luego,
oculta en un arcón marino,
en los galeones de la bahía de Tortuga
(hundidos)

Como en un juego, ya
es que no quiero entrar a esa sombría
convalecencia, umbría
–en los tobillos carbonizados
que guarda su hermana en una marmita de cristal–
para no perder la honra, ahí
en ese pasillo
la dudosa bondad
en ese entierro

DON JULIO

No acepto otro orden que el de las afinidades, otra cronología que la del corazón, otro horario que el de los encuentros a deshora, los verdaderos. “

Lina Caffarello

Simple


Tal vez se trate
de convertirse en puerto

Tal vez así de fácil
como hablar
tragar la propia sombra
huir por la esquina del espejo.
Instante de río
que nombra el viaje púrpura
y escancia el costado arisco de la grieta.

Todo es cuestión
de derramarse entre los huecos.

Mónica Aramendi

UN FINAL


Un temor visceral se le escurrió por entre los dedos, que se pegaron a su cara. Durante todo el día había escuchado los golpes en la puerta.
Ella conocía los sonidos del viento sobre la superficie estéril, el cato árido de las ramas caídas, el susurro que se asomaba a las grietas de una tierra sin raíces. Ningún otro sonido como este golpeteo, desde que “todos los otros seres han muerto “, murmuró con espanto.
Volvieron los golpes.Los mismos tres sonidos, seguros, seguidos. No tenia alternativa. Se dirigió hacia la puerta y abrió.
Frente a ella, en la luna negra de la noche, su figura la reflejó como en un espejo demasiado limpido .Las miradas se encontraron en el mismo punto.
La otra entró.
Ella se acurrucó en un rincón y comenzó a llorar. El primer llanto desde la muerte de todos, de todos menos la suya.
Nadie, aunque quisiera, puede morir sin su alma.

Paul Eluard

LA MUERTE EL AMOR LA VIDA


los hombres están hechos para oírse
para entenderse para amarse
tienen hijos que serán padres de hombres
tienen hijos sin hogar y sin patria
que reinventarán el fuego
que reinventarán los hombres
y la naturaleza de la patria
la de todos los hombres
la de todos los tiempos.

ROQUE DALTON

A alta hora de la noche

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
será el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.
Ayer
Junto al dolor del mundo mi pequeño dolor,
junto a mi arresto colegial la verdadera cárcel de los hombres sin voz,
junto a mi sal de lágrimas
la costra secular que sepultó montañas y oropéndolas,
junto a mi mano desarmada el fuego,
junto al fuego el huracán y los fríos derrumbes,
junto a mi sed los niños ahogados
danzando interminablemente sin noches ni estaturas,
junto a mi corazón los duros horizontes
y las flores,
junto a mi miedo el miedo que vencieron los muertos,
junto a mi soledad la vida que recorro,
junto a la diseminada desesperación que me ofrecen,
los ojos de los que amo
diciendo que me aman.
muerto no pronuncies mi nombre

Silvia Loustau

Los grandes negocios

Cambiar un monte por un caballo
Una red por una barca
La H por la J
Un cuchillo por una lámpara
Una plegaria por una golondrina
Un perfume por un olor
Una pared por una enredadera
Un círculo por un punto
Un recuerdo por una veleta*
Una tijera por un alfiler.
Hemos perdido mucho tiempo caminando
Somos viejos ahora, pero todavía
quedan grandes negocios por hacer
cambiar, por ejemplo
un resorte por una incubadora

MARTI

Si ves un monte de espumas
es mi verso lo que ves:
mi verso es un monte, y es
un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
que por el puño echa flor:
mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada:
mi verso, breve y sincero,
es del vigor del acero
con que se funde la espada.

DON JAVIER




El desesperanzado

Se le rompió la soga cuando se estaba ahorcando
y cayó de culo al suelo. Se levantó, miró la viga
el nudo que hizo tan despacio y pensando
el canario en la jaula, el malvón que había olvidado
de regar y salió a la calle con la mortaja puesta
y un ardor en el cuello.


Hay más tiempo que vida

los pájaros lo saben cuando extienden
las alas y planean
también lo sabe le viento
al sostener el equilibrio de los álamos.
Tiempovida
agua entre ramas
piedras de licuosos musgos
remansos apaciguando sombras
y un frescor transparente.





“…hacer la señal del diablo, para que se arrodille la cruz”. Mundo de magia, de misterios. Esa fue su esencia.
MANERAS.....
GRIETAS QUE DESGARRAN Y SANAN
LAS SENSACIONES Y PULSIONES
DE DUELOS Y NACIMIENTOS.

RECUERDOS.....

OBSERVO HILOS SOBRE MI CABEZA,
SOSTENIDO POR UNAS MANOS
QUE SE MUEVEN CUANDO
MUEVO LAS MIAS,
QUE SE CONECTAN CON OTRAS,
ESTAS SOSTIENEN A LAS PRIMERAS
YA NO POR HILOS
SINO POR PASADO.

VIOLENCIA.....

VI UNA FOTO DE SABATO
SOSTENIENDO SU EXISTENCIA
POR LA FRENTE.
LA DUDA ES; HABRA PODIDO ENTRAR?

MUERTE.....

SENTIR CADA MOMENTO DE VIDA
COMO EL ULTIMO Y COMO EL PRIMERO
ME HACE JUGAR, VIVO ¡¡¡¡¡

ARTE.COMO PUEDO VIVIR OTROS MUNDOS
SI NIEGO EL MIO???

MANOS
HILOS
EXISTENCIA
PASADO
MOMENTOS
JUGAR
VIDA
PREGUNTAS
RESPUESTAS
MUERTE
PALABRAS
SENTIMIENTOS

miércoles, 3 de febrero de 2010

DON MIGUEL




«Hay algo que, a falta de otro nombre, llamaremos el sentimiento trágico de la vida, que lleva tras sí toda una concepción de la vida misma y del Universo, toda una filosofía más o menos formulada, más o menos consistente. Y ese sentimiento pueden tenerlo, y lo tienen, no sólo los hombres individuales, sino pueblos enteros. Y ese sentimiento, más que brotar de ideas, las determina, aún cuando luego, claro está, las ideas reaccionen sobre él corroborándolo. Unas veces puede provenir de una enfermedad adventicia, de una dispepsia, verbigracia; pero otras veces es constitucional. Y no sirve hablar, como veremos, de hombres sanos e insanos. Aparte de no haber una noción normativa de la salud, nadie ha probado que el hombre tenga que ser naturalmente alegre. Es más: el hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o a un cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad.»

ULRIKE MEINHOF

La sensación de que a uno le explota la cabeza, la sensación de que la bóveda craneana tendría, propiamente, que saltar, estallar como un globo.
La sensación de que a uno se le comprime y achucha en el cerebro toda la médula espinal.
La sensación de que a uno se le arruga la cabeza, como una fruta seca, por ejemplo.
La sensación de estar continuamente, desapercibidamente, bajo una corriente, de ser teledirigido.
La sensación de que a uno se le van quitando a picotazos las asociaciones.
La sensación de que a uno se le mea el alma del cuerpo, como no pudiendo contener el orín ya más.
La sensación de que la celda se mueve. Uno se despierta, abre los ojos: la celda se mueve. Después de mediodía, cuando el sol entra en ella, se queda, de repente, parada. No se puede apartar la sensación de que se mueve.
No se podría explicar si se tiembla de fiebre o de frío.
No se puede explicar por qué se tiembla… Se hiela uno de frío.
Cuesta mucha fatiga hablar, con un volumen normal de voz, como si se tratara de hablar alto, casi de vociferar.
La sensación de que uno se queda mudo.
No se puede identificar ya más el significado de las palabras, sólo adivinar.
El empleo de sonidos silbantes –s, ss, tz, sch– resulta absolutamente insoportable.
Guardián, visita, patio, todo le parece a uno como si fuera de celuloide.
Dolores de cabeza.
Flashs.
No hay manera de controlar ya más la construcción de la oración, la gramática, la sintaxis.
Escribiendo: dos hojas… y al acabar la segunda línea no hay manera de acordarse del comienzo de la primera.
La sensación de quemarse por dentro hasta los tuétanos.
La sensación de que si uno se pusiera a decir lo que pasa, si uno fuera dejado libre, sería como hacer barbotear agua hirviendo ante la cara del otro, algo así como agua potable hirviendo, que le escalda, le mutila a uno durante toda la vida.
Una feroz agresividad, para la que no hay válvula alguna. Esto es lo peor. Conciencia clara de que no se tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Fracaso total el comunicar esto.
Las visitas no dejan huella alguna. Una media hora más tarde sólo se está en condiciones de reconstruir mecánicamente el si la visita ha sido hoy o hace una semana.
Bañarse una vez por semana, al contrario, significa deshelarse por un momento, reposar, lo cual dura un par de horas.
La sensación de que tiempo y espacio se encajonan el uno en el otro.
La sensación de encontrarse en una sala llena de espejos deformantes.
Tambalearse.
Y después, una euforia horrible de que uno oye algo… sobre la diferencia acústica del día y la noche.
La sensación de que el tiempo transcurre, el cerebro vuelve a estirarse, la médula vuelve a ensacarse de nuevo abajo por semanas.
La sensación de haber sido despellejado.

(Diciembre de 1973:)

Retumbar de oídos, despertar, como si fuera uno apaleado.
La sensación de moverse a cámara lenta.
La sensación de encontrarse en el vacío, como encerrado en plomo.
Y después, shock. Como si le hubiera caído a uno a la cabeza una placa de hierro.
Comparaciones, conceptos que se le ocurren a uno allá dentro:
Máquina (psíquica) de hacer trapos de vestidos… cabina de pruebas para astronautas, donde se aplana la piel, a fuerza de velocidad.
La Colonia de castigo de Kafka… el tipo sobre el lecho de clavos… subir y bajar sin parar por una montaña rusa.
Con respecto a la radio: proporciona una relajación mínima, como si se bajara, por ejemplo, de una velocidad de 240 a 190.


ULRIKE MEINHOF: “Carta de una presa en la galería de la muerte”
Filed under: Escrituras, * ULRIKE MEINHOF
(El periodo de tiempo comprendido entre el 16 de junio de 1972 y el 9 de febrero de 1973

MAHMUD DARWISH

LA EXPRESIÓN DE UNO MISMO ES SIGNO DE LO SAGRADO Y DE LA FATALIDAD.
Reproducimos algunos:
Mis primeras obras son el miedo a la caída. Luego, aquello pasó a ser el arte de caer, de cómo caer sin herirse. Y más tarde se ha convertido en el arte de quedarse colgado.
En mi infancia, todas las mujeres de la casa manejaban la aguja. De siempre me han fascinado las agujas, su poder mágico. Utilizamos la aguja para arreglar algo que se ha estropeado. Es una invocación al perdón. La aguja nunca es agresiva, no es un alfiler.
Mis cuchillos parecen lenguas: Te quiero, te odio. Si tú no me quieres, estoy preparada para el ataque. Son de doble filo.
El color es más fuerte que el lenguaje. Es una comunicación subliminal.
El azul representa la paz, la meditación, la escapada.
El rojo es la afirmación, a cualquier precio —sin tener en cuenta los peligros del combate—, de la contradicción, de la agresión. Simboliza la intensidad de las emociones implicadas. El negro es el duelo, el arrepentimiento y la pesadumbre, la culpabilidad, el retraimiento.
El blanco significa regresar a la casilla de salida. Es la renovación, la posibilidad de empezar de nuevo, de volver a partir de cero.
El rosa es femenino. Representa el amor y la aceptación de sí mismo.
La espiral es un intento de controlar el caos. Tiene dos direcciones. ¿Dónde te sitúas tú: en la periferia, o en el vórtice? Empezar desde el exterior remite al miedo a una pérdida de control: enroscarse hacia el interior es estrecharse, retraerse, compactarse hasta desaparecer. Empezar por el centro es afirmar. El movimiento hacia el exterior representa la donación y la pérdida de control, la confianza, la energía positiva, la vida misma.
Las espirales —hacia qué volverse— representan la fragilidad en un espacio abierto. El miedo hace girar el mundo.
Ser un artista es una garantía de salud mental. Se es capaz de asumir el sufrimiento.
Monto cada escultura como se cura a un enfermo. Más vale saber lo que se hace. Hay que seguir una estrategia si se quiere obtener los resultados deseados. Mis esculturas son ecuaciones infalibles. Las ecuaciones deben ser sometidas a prueba. ¿Baja la tensión? ¿Desaparece el impulso? ¿Remite el dolor? O funciona, o no funciona.




La tierra se estrecha para nosotros. Nos hacina en el último pasaje y nos despojamos de nuestos miembros para pasar.
La tierra nos exprime. ¡Ah, si fuéramos su trigo para morir y renacer! ¡Ah, si fuera nuestra madre
para apiadarse de nosotros! ¡Ah, si fuéramos imágenes de rocas que nuestro sueño portara
cual espejos! Hemos visto los rostros de los que matará el último de nosotros en la última defensa del alma.
Hemos llorado el cumpleaños de sus hijos. Y hemos visto los rostros de los que arrojarán a nuestros hijos
por las ventanas de este último espacio. Espejos que pulirá nuestra estrella.
¿Adónde iremos después de las últimas fronteras? ¿Dónde volarán los pájaros después del último
cielo? ¿Dónde dormirán las plantas después del último aire? Escribiremos nuestros nombres con vapor
teñido de carmesí, cortaremos la mano al canto para que lo complete nuestra carne.
Aquí moriremos. Aquí, en el último pasaje. Aquí o ahí… nuestra sangre plantará sus olivos.

PAUL AUSTER

LECHO DE ROCA

Alba como imagen
del alba, y el cielo mismo
derrumbándose
sobre sí mismo. Irreductible
imagen
de agua pura, los poros de la tierra
exudan luz, o la cosecha
de la luz, y las mismísimas piedras
resucitan
en la imagen de sí mismas.
El consuelo del color.

(’Desapariciones’)

KATHERINE MANSFIELD

En la faz del muro

él adivina la monstruosa
suma de pormenores.

No es nada.
Y es todo lo que él es.
Y si él no fuese nada, déjenlo entonces empezar
donde se encuentre a sí mismo, y que, como cualquier otro hombre,
aprenda el habla de este lugar.

Pues también él vive en el silencio
que viene antes de la palabra
de sí mismo.

JUAN LUIS PANERO

FELICIDAD

pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como éste de ahora, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa, marcando pasos de danza; rodar un aro; tirar alguna cosa al aire para volverla a coger, o quedarse quieta y reír… simplemente por nada.
¿Qué puede hacer uno si, aún contando treinta años, al volver la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad…, de felicidad plena…, como si de repente se hubiese tragado un trozo brillante del sol crepuscular y éste le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo?
¿Es que no puede haber una forma de manifestarlo sin parecer "beodo o trastornado"? La civilización es una estupidez. ¿Para qué se nos ha dado un cuerpo, si hemos de mantenerlo encerrado en un estuche como si fuera algún valioso Stradivarius?”.

ELI TOLARETXIPI

Uno escribe con su deseo y yo no dejo de desear.
Roland Barthes:

Cuajar.
Pegarse.
Espesarse.
Desprenderse / Ofrecerse.
Incertidumbre.
Deportado.
Sin anclaje.
Dilatorio. Denegación de lo real, de lo realizable.

ATTILA JÓZSEF

MI MADRE

Tomó en sus manos el tazón
un domingo al atardecer,
sonrió en silencio
y se sentó un poco en la penumbra.

Trajo a casa en una cazuela
la cena de los señores,
y al acostarnos yo pensé
que ellos se comen la olla entera.

Mi madre era pequeña, murió pronto,
porque las lavanderas mueren pronto,
sus piernas tiemblan por la carga
y les duele la cabeza al planchar.

!Y allí el montón de ropa sucia!
Y el vapor como un juego
de nubes y para la lavandera
el desván es un cambio de aires.

La veo, se detiene con la plancha.
El capital destrozó su frágil talle,
se hizo más delgada
pensad en ello, proletarios

Se encorvó de tanto lavar,
yo no sabía que era una mujer joven,
en su sueño llevaba un blanco delantal
y entonces el cartero le saludaba.





¿Y si el día que comienza
acabara con nosotras?
Sería el fin del poema.
Me siento.
Hay una soledad que aprieta
desde una parte ínfima de la cama.
Cómo restar ternura a la lengua
en la abundancia de su cuerpo.
El llanto atrapa los ojos
más acá de lo que dicen.
Más allá,
detrás del deseo,
el derrame de unas voces que no cesan.

ARTAUD

No podemos vivir eternamente
rodeados de muertos
y de muerte.
Y si todavía quedan prejuicios
hay que destruirlos
"el deber"
digo bien
EL DEBER
del escritor, del poeta, no es ir a
encerrarse cobardemente en un texto,
un libro, una revista de los que ya
nunca más saldrá, sino al contrario
salir afuera
para sacudir
para atacar
al espíritu público
si no
¿para qué sirve?
¿Y para qué nació?

Ámbar Past

Ámbar Past

Si ya no la quieres
Si ya no la quieres, mejor rómpele la madre
Que no quede ninguna duda de que ya no la quieres
Nunca vayas a cantarle las mañanitas
preguntar por su salud
comprarle un suéter No
Si ya no la quieres
ROMPELE LA MADRE
Si no la quieres no vayas a prestarle
tu cepillo de dientes
Nunca vayas a llorar junto
a ella en los panteones
ni tomarle fotografías
ni a ir a nadar al río con ella
jamás en aguas termales
No vayasa hablarle
ni preguntar
Ni peinarte con ella
si no la quieres
ni comer mangos
ni invitarla a bañarse
contigo No
No dejes que te quite las pulgas
NO TE DEJES
Si ya no la quieres
olvídate de su cumpleaños
Nunca vayas a llevarle un regalo
si no la quieres
Nunca vayas a tocar su puerta
a pedir
un vaso de agua
el uso de su baño
Nunca le vayas a escribir
Si ya no la quieres nunca vayas a decir
que la quieres
Nunca le vayas a llevar algo
que creció en la tierra
Las orquídeas y las papas entrañan
otras intimidades
Nunca traerle ningún animal
Gatos domésticos, hijos; No, si no la quieres
Cuídate del horario
De las horas que insinúan relación de carne
las madrugadas, las tinieblas
Nunca vayas a pasar con ella tus domingos
si no la quieres
Ni vayas a un café con ella
a los jugos
ni a ningún lado
ni mucho menos al mar con ella
Que nunca te vean
con ella especialmente con sus hijos
Y aunque no sean tuyos
nunca vayas a jugar con ellos
Olvídate de tus hijos
Vete a vivir a otro país
donde las mujeres entiendan otro idioma
Rómpele la madre


DEDICATORIAS
1.
Dedico este poema a los hombres que nunca se acostaron conmigo
a los hijos que no tuve
a los poemas que nadie escribió
2.
Dedico este poema a las madres que no amaron a sus hijos
a las que murieron en hoteles
sin que nadie las acompañara
Lo dedico al autor de las pintas en los muros
al hombre y a la mujer
al torturado anónimo
al que nunca dijo ni su nombre
3.
Dedico este poema a los que gritan de dolor
y también a las parturientas
a los que gritan en la terminal de autobuses
en los portales del mercado
4. Lo ofrezco a los suicidas
a los poetas
que viven olvidados en alguna antología
al que lava cadáveres
a las mujeres que se acuestan con todos
a los que siempre duermen solos
5.
Destino este poema a las comadres y a los compadres
que hacen el amor y se convierten en piedra
a los que se bañan con jícara
en Viernes Santo y se vuelven peces
al hombre que quiso ser zopilote
y a los que sueñan que pueden volar
6.
Sacrifico este poema al Señor de la Noche Estrellada
a la Guacamaya de Fuego
al Llanto de las Moscas
a la Lluvia Verde
Al que Guarda la Miel
a la Hermandad de los Hermanos Menores
al de la Máscara que Llora
al Rugoso Caracol de Tierra
al Vertidor de los Cuatro Rincones
a los Juntadores de Corteza para Preparar el Vino Ceremonial.
7.
Lo dirijo al que toca la flauta y el tambor cuando van a lavar
[los paños en el ojo de agua
a la que chapotea en las cascadas y se moja el pelo con
[agua de liriosa la que da el pecho a su hijo en el cañaveral
a los que buscan el arco iris en el aceite de los charcos
a los remeros que inventan el canto con sus brazos
a los que lavan el nixtamal bajo la lluvia
a las que acarrean el agua en cántaros
y caminan por la carretera A la niña viendo luciérnagas
a la niña con el candil en la mano
a los chamacos que saltan con el rastrojo en llamas
a los que corren sobre el fuego
entierran a sus muertos en la cocina
y cantan entre los escombros
al que engaña a su muerte en las camas de los moribundos
al que baja de los cerros para no quemarse con las estrellas
al que agarra la mano de la muerte y baila con ella
a las que tienen muchas nueras y cargan iguanas en sus cabezas
a los colochos que venden nieve en tierra caliente
a los camaroneros divisando el cometa de madrugada
al que arremanga su camisa y pide un hacha
a la que vende tamal de bola, de mumu y chipilln
a los que cortan elote tierno para comerlo crudo
y amarran la pata del perro que roba pollo
a los que hacen las maracas
y matan por amor
a los que se avientan al hoyo en el entierro de un amigo
al poeta que no puede bajar del techo por estar tan enamorado
al que hace lo que puede
8.
Consagro este poema a los que no frecuentan cafés
ni piscinas ni saben hablar por teléfono
a los que no entran en los bancos
ni salen en la tele
a las de la primaria vespertina
que reciben declaraciones de amor con faltas de ortografía
a los poetas que nunca empezaron a escribir
a los meseros que tragan su dignidad
a las viejas que lavan ajeno a las que no se atreven a opinar
ni a levantar la voz
a las que no pueden estar felices sin el consentimiento del macho
a los que se tiran al suelo y tragan su lengua entre la multitud
a las que duermen con sus delantales puestos
y piensan en el quehacer mientras sus maridos eyaculan prematuramente
a las que se levantan a oscuras en galeras de palma
a las que tortean en jacales
a la que se quemó su pelo
y manchó de tizne su falda
a los que asolean chilacayotes en su tejado
y no tienen sillones
9.
A los que arrullan a sus hijos en tzotzil
y traen mugre bajo las uñas
a los pepenadores
a los que chaporrean
a los que siembran nopales y comen tortilla con sal
al sereno que también trabaja de día
a la de la chancla rota que tiende cien camas cada mañana
al viejo sin dientes que merca chicle en la playa
a los que viajan parados a la tierra del cacao
a las que traen las caras negras
y la cicatriz del llanto en su sordera
10.
Ofrendo este poema al hombre encadenado
a los niños golpeados
a los hijos de alcohólicos
a las que cuidan a las criaturas de otros y ven a las suyas cada quincena
a la que trapea en el colegio y no sabe firmar su nombre
a las que comen en la mesa del hospicio
a los tullidos que se acurrucan junto al horno en alguna panadería
a los que atienden los baños públicos
y barren las calles al amanecer
a las que bailan en cabaretes
y están hartas
11.
Brindo este poema al amasador de adobes que muere en la casa que construyó para otro
al poeta en su velorio con la boca cerrada para siempre
a los que se escaparon de noche cuando el[volcán sepultó su iglesia
a los vecinos que ya enterraron a sus hijos
uno tras otro como los años que pasan
a los que han tenido que vender a sus hijos[su sangre y su sexo
a los que nada tienen que perder
12.
Propongo este poema a los peones acasillados que[invaden las tierras del patrón
a los que cavan túneles debajo del dinero
a los que prenden lumbre al ingenio
a los que no echan sombra y sin luna contemplan los puentes
a los niños de trece años que se van arriba
y conocen mujer por primera vez en la montaña
13.
Para los dos heridos, las pelonas,
el tacuatzín de Olga
14.
A los que nacen en países donde la verdad está prohibida por ley
a los que han adoptado otro nombre
y llevan años sin saludar a la familia
a los que nunca durmieron en la misma cama
y comparten la fosa común
15.
Dedico este poema a la madre que busca a
[su hijo en el anfiteatro
entre otros poemas decapitados
a la que no puede decir cuál cadáver es el suyo
y se despide de cada uno con un abrazo.
16.
A los chuchos apaleados
17.
Dedicación (*)

Natalie Goldberg

El escritor vive dos veces. Lleva su propia vida cotidiana, y en ella corre como todo el mundo yendo a comprar, atravesando la calle, vistiéndose por la mañana para ir a trabajar. Pero el escritor ha entrenado, al mismo tiempo, otra parte de sí mismo. La que vuelve a vivir todo esto por segunda vez. La que se sienta y vuelve a recorrer mentalmente todo lo que ha sucedido, deteniéndose a observar su consistencia y sus detalles.
Cuando estalla un temporal, todos corren por las calles de aquí para allá con paraguas, impermeables, diarios en la cabeza. El escritor vuelve a salir bajo la lluvia con la libreta de apuntes en la mano y la pluma entre los dedos. El escritor observa los charcos, los ve llenarse, ve como las gotas de lluvia puntúan la superficie. Se podría decir que el escritor se ejercita en ser estúpido. Solo un estúpido se quedaría bajo la lluvia mirando un charco. Si uno es listo, intenta no quedarse bajo la lluvia para evitar los resfriados, y, de todas formas, en caso de enfermedad se ha asegurado de antemano. Si uno es tonto, se interesa



Vivir dos veces:
EL GOZO DE ESCRIBIR

MONTERROSO

Escribió un drama: dijeron que se creía Shakespeare;
Escribió una novela: dijeron que se creía Proust;
Escribió un cuento: dijeron que se creía Chejov;
Escribió una carta: dijeron que se creía Lord Chesterfield;
Escribió un diario: dijeron que se creía Pavese;
Escribió una despedida: dijeron que se creía Cervantes;
Dejó de escribir: dijeron que se creía Rimbaud;
Escribió un epitafio: dijeron que se creía difunto

LEON FELIPE

Yo no sé muchas cosas, es verdad
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos...
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos...
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos...
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos...
Y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.

martes, 2 de febrero de 2010

COETZEE

Hablamos del perro con la pata herida o del pájaro con el ala rota. Pero el perro no piensa en sí mismo en esos términos, ni el pájaro. Para el perro, cuando intenta caminar, hay simplemente me duele ; para el pájaro, cuando se lanza al vuelo, simplemente no puedo .

DIARIO DE UN MAL AÑO

KAFKA

ANTES CUANDO TENIA UN DOLOR Y EL DOLOR PASABA,
ME SENTIA DICHOSO, AHORA SOLO QUEDO ALIVIADO,
PERO TENGO ESTE AMARGO PENSAMIENTO
"VOLVER A ESTAR SANO, NADA MAS..

DIARIOS

CHEEVER

NO PUEDO ESCRIBIR SIN UN LECTOR.
ES PRECISAMENTE COMO UN BESO,
NO PUEDES HACERLO SOLO.
...
CUANDO RECUERDO A MI FAMILIA,
RECUERDO SUS ESPALDAS.ELLOS
SIEMPRE SE MARCHABAN DE CUALQUIER SITIO INDIGNADOS.
...
EL ARTE ES EL TRIUNFO SOBRE EL CAOS.

lunes, 1 de febrero de 2010

pelicula, THE ROAD




BRILLANTE¡¡¡¡¡¡¡¡

sábado, 30 de enero de 2010

CHEEVER

Llega a su fin este panorama veraniego de relatos. He intentado demostrar que el verano ha sido motor de un gran número de narraciones de calidad que nada tienen que ver con los relatos insufribles con que cada agosto nos castigan ciertos periódicos, relatos de ocasión y sin sangre en las venas. Espero que hayáis disfrutado con esta incitación a la lectura. Vendrán otros veranos, pero éste se acaba. Y lo que Dios inició, sólo Dios mismo puede acabarlo. Por tanto, que sea de nuevo Cheever el que ponga el punto y final a esta selección de historias, con uno de sus relatos más gloriosos y el que yo, personalmente, más veces he leído de entre los suyos.

Mañana, a modo de despedida, dos sorpresas. Una entrada por la mañana y otra por la tarde.

RELATOS 1

FLAUBERT

"Se fue por el mundo mendigando el sustento.
Tendía la mano a los que cabalgaban por los caminos, con genuflexiones que se acercaban a las de los segadores, o bien se plantaba, inmóvil, ante los portillones de los patios; y era tan triste su cara que nunca le negaban la limosna.
Como acto de humildad, contaba su historia; y entonces le huían, haciendo la señal de la cruz. En los pueblos por los que ya había pasado, cerraban las puertas en cuanto le reconocían, le gritaban amenazas, le tiraban piedras. Los más caritativos posaban una escudilla en el borde de la ventana y echaban el tejadillo para no verle.
Arrojado de todas partes, evitó a los hombres; y se alimentó de raíces, de plantas, de frutos perdidos y de mariscos que buscaba por las playas.
A veces, un la ladera de un alcor, veía bajo sus ojos una confusión de tejados muy juntos, unas torres, unas calles negras que se entrecruzaban, y subía hasta él un zumbido continuo.
La necesidad de sumarse a la vida de los demás le hacía bajar a la ciudad. Más la pinta bestial de las caras, el ruido de los oficios, la indiferencia de las palabras le helaban el corazón. Los días de fiesta, cuando, desde el alba, el bordón de las catedrales ponía en algazara a todo el pueblo, miraba a los habitantes saliendo de sus casas, y después el baile en las plazuelas, y las fuentes de cerveza en las esquinas, y las colgaduras de damasco en los palacios de los príncipes, y, llegada la noche, por las cristaleras de la planta baja, las largas mesas de familia, en torno a las cuales los abuelos tenían a los niños sobre las rodillas; le ahogaba la congoja, y se volvía a los campos.
Contemplaba con arrebatos de amor a los potros en las praderas, a los pájaros en los nidos, a los insectos posados en las flores; y al acercarse él, todos corrían más lejos, se escondían asustados, echaban a volar.
Buscó las soledades. Pero el viento le traía al oído como estertores de agonía; las lágrimas del rocío cayendo al suelo le recordaban otras gotas más pesadas. Todos los atardeceres, el sol derramaba sangre en las nubes; y todas las noches se repetía, en sueños, su parricidio."


La leyenda de San Julián el Hospitalario

CHEEVER

En la madurez hay misterio, hay confusión. Lo que más hallo en este momento es una suerte de soledad. La belleza misma del mundo visible parece derrumbarse, sí, incluso el amor. Creo que ha habido un paso en falso, un viraje equivocado, pero no sé cuándo sucedió ni tengo esperanza de encontrarlo

CHEEVER

A medida que me acerco a los cuarenta sin haber conseguido ninguno de los objetivos que me había propuesto, sin haber alcanzado la profunda creatividad -por la que me he esforzado durante años-, siento que adopto una posición menor, oscura, mediocre, que no es mi destino pero sí culpa mía, como si en algún momento me hubiera faltado el ingenio y el valor para ajustarme de modo competente a las formas que tenía a mano. (Diarios

CHEEVER

Me aplastaba el peso de una gran puerta. Y con sempiterna sensación de que si conseguía expresarme eróticamente reviviría. (...) Casi todas las aberraciones parecen cosa del pasado.

Escribir bien, con pasión, con menos inhibiciones, ser más cálido, más autocrítico, reconocer el poder de la lujuria tanto como su fuerza, escribir, amar.

Me parece que con mis otoños rosados y mis crepúsculos invernales no soy de primera categoría. (...) Debo ser excéntrico, cordial, tierno para algunas cosas, reflexivo, subjetivo, obligado a repensar mi prosa por la falta de nobleza de parte de mis materiales.
(Diarios)

CHEEVER

En cuanto al fracaso y la desesperación, parecen agravados por el ambiente de Nueva York y los barrios residenciales periféricos. Tanto Nueva York como Scarborough parecen producir a veces un egoísmo que exigen la salud y el vigor de la juventud, y una imitación de estas energías cuando se han desvanecido. En los dos lugares hay premoniciones del abismo y a veces oyes las voces y entrevés las caras de los caídos.

Tengo los ojos cansados después de conducir durante siete horas de cara al sol. "Qué verde tan exuberante", dijo mi mujer, y vi que resplandecían los prados, pero la idea de volver no me ponía precisamente contento. Era volver a las oficinas, a Grand Central Station, al tren nocturno que me lleva a casa, a la incomodidad de llevar traje un día de calor, al cansancio, al provincianismo, a una parte pequeña del mundo, a la falta de emociones. Que no haya héroes aquí no significa que no los haya en ninguna parte. Me gustaría conservar la sensación de estar lejos de Nueva York, de sus ruidos y agitación. Me gustaría conservar la sensación de que éste es un pequeño rincón del mundo; de dominarlo, de no tomarlo demasiado en serio. (Diarios)

CHEEVER

(...) Anduve por la calle Mount Vernon. Aquí se encuentran los rastros de una ciudad que en el pasado inmediato tuvo una sociedad bien administrada, con temporadas de ópera, bailes de gala y de caridad, tómbolas benéficas, cenas, pero ese núcleo está roto y desierto, y la fuerza de la ciudad ha huido a la periferia, una especie de criadero que se extiende a cuarenta y cinco kilómetros a la redonda menos por el este, donde se encuentra el mar. Una ciudad provinciana.

No tengo tiempo que perder, pero pierdo los días.
(Diarios)

CHEEVER

¿Y qué importa si un domingo, al entrar en nuestra iglesia de piedra sin calefacción, el sacerdote con sus velas y campanillas nos recuerda algún rito iniciático de la infancia, una ceremonia en el granero o el cobertizo para ingresar en la misteriosa orden de la Avispa Verde? ¿Qué importa si nuestras mentes divagan por asuntos indignos de la oración, si nos concentramos en los almohadones rotos, aspiramos el perfume de la mujer que está delante, analizamos nuestra vida sexual, soñamos con un café bien caliente o pronunciamos las contestaciones con voz más fuerte que la del hombre que está al otro lado del pasillo? ¿Qué importa todo esto?

viernes, 29 de enero de 2010

Iker Biguri.

Señales de otra vida


Con pereza abres los ojos, los ojos ventanas del alma, de la muerte hacia una dimensión frutal. Por ejemplo, la puerta y la ventana cerradas, la persiana bajada y el olor a humo de toda tu ropa, de los vaqueros del suelo y de tus calcetines, electricidad estática en la lana, calzoncillos, camiseta de rugby azul con lamparones de kalimotxo. Y cuando intentas escapar: la luz de reloj digital en la mini cadena, que sale de la mesita que hay a los pies de tu cama, un punto convertido en abanico de luz hacia los objetos. Luz redonda como una linterna, tan pequeña, como un foco ilumina la habitación. El portátil encima de la silla, y dentro el procesador de textos, y dentro y fuera más gente, más animales, más sombras de nube.

Te pasas la lengua por los labios, por las células muertas que recubren tus labios. Tienes la boca seca y el estómago de un muñeco de trapo. Sabes que hay grifos y botellas de agua en la casa, pero tiras de las sábanas y te cubres la cabeza con ellas. Allí debajo estás en el campo, los árboles y la hierba mojada fuera de tu tienda de campaña, el rocío haciendo capa en la superficie de la tela, mariposas y luciérnagas dentro de tu cabeza.

Cierras los ojos, un recuerdo.

*
Si yo no existo, tú no existes.

*
Si no hay más, si no puedo escribir más, conseguir otras historias y plagiarlas con nuestros nombres, como la sombra borrosa de un árbol sobre viejas vidas inventadas. Por ejemploà listones de madera de un almacén en construcciónà fuegoà humo gris volcánico expandiéndose haciaà cenizas: la primera elegía, de Rainer María Rilke, el comienzo del diablo en la botella, de Stevenson, y algunas historias hermosas, otros papeles de letra alargada como la cara del poeta.

PRIMERA ELEGÍA

Lo primero: perder la virginidad esta noche y ser un poco feliz. Hinchar mi cabeza, convertir mi cabeza en un jardín.

*
Principio (nudo y desenlace): había un chico en el barrio gótico de Barcelona al que llamaré Azul. La verdad es que aún vive y su nombre debe permanecer secreto. Su lugar de nacimiento no estaba lejos de Honaunau, donde los huesos de Keawe el Grande yacen escondidos en una cueva.

*
Juventudescontroladaforever, jóvenes desaprovechados. Beber y beber hasta arreglar los melancólicos desajustes que deja la realidad. Mezclar cosas que no han de mezclarse, que estarían mejor en lo blanco, en un núcleo independiente, sin desaguar juntas, a una vez, por las cañerías de zinc de nuestros cuerpos. Porque algo puede salir mal, podemos desdibujarnos, diluirnos dentro del lienzo, dentro del bote de pintura del arco iris. Por ejemplo: barro, lluvia, restos del pollo de la cena, hacer nudos con los hilos que ofrece la noche.

bis:Wislawa Szymborska.

Somos hijos de nuestra época,
y nuestra época es política.

Todos tus, mis, nuestros, vuestros
problemas diurnos, y los nocturnos,
son problemas políticos.
Quieras o no,
tus genes tienen un pasado político,
tu piel un matiz político
y tus ojos una visión política.

Cuanto dices produce una resonancia,
cuanto callas implica una elocuencia
inevitablemente política.

Incluso al caminar por bosques y praderas
das pasos políticos
en terreno político.

Los poemas apolíticos son también políticos,
y en lo alto resplandece la luna,
un cuerpo ya no lunar.
Ser o no ser, ésta es la cuestión.
¿Qué cuestión?, adivina corazón:
una cuestión política.

Adquirir significado político
ni siquiera requiere ser humano.
Basta ser petróleo,
pienso compuesto o materia reciclada.

O la mesa de debates
de diseño durante meses discutido:
¿redonda?, ¿cuadrada?, ¿qué mesa es mejor
para deliberar acerca de la vida y de la muerte?

Mientras, perecía gente, morían animales,
ardían casas,
y los campos se quedaban yermos
como en épocas remotas
y menos políticas.


hijos de la epoca
Yo he entrado en la jaula en lugar de la fiera
he grabado el apodo y la pena a hierro en prisión,
junto al mar he vivido, he jugado a la ruleta,
he comido en traje de frack con quién sabe Dios.
Asomado a un glaciar, medio mundo habré visto,
zozobrado tres veces, dos de ellas lograron rajarme.
Del país que me ha dado sustento he huido.
Quienes me han olvidado llegan a ser ciudad.
Me he perdido en estepas que el grito del huno recuerdan,
he llevado lo que ahora de moda vuelve a estar,
he cubierto almiares de negro sudario, he sembrado centeno,
agua seca tan sólo no he llegado a probar.
He abierto a mis sueños la pupila del guardia, siniestra,
he comido el pan del exilio sin dejar la corteza.
He prestado mis cuerdas a todas las voces, además del aullido;
he pasado al susurro. Y cuarenta en el día de hoy he cumplido.
¿Qué decir de la vida? Que resulta que es larga.
Que no soy solidario más que con el dolor.
Pero mientras no llenen de barro mi boca,
de ella sólo habrá de brotar gratitud.

juan ramon jimenez

¡Crearme, recrearme, vaciarme, hasta
que el que se vaya muerto, de mí, un día,
a la tierra, no sea yo; burlar honradamente,
plenamente, con voluntad abierta,
el crimen, y dejarle este pelele negro
de mi cuerpo, por mí!
¡Y yo, esconderme
sonriendo, inmortal, en las orillas puras
del río eterno, árbol
-en un poniente inmarcesible-
de la divina y mágica imaginación!

CHEEVER

Volvemos de noche y por primera vez percibimos el aroma de la madreselva. El niño se siente mal, pero reanudamos nuestros susurros; apaga la luz. Entonces soñé que seducía a L.E., y créeme que fue difícil; y no comprendo la caprichosa lascivia de la mente adormilada. Como con L., mi amigo melancólico (...) Y él, que desea ver a sus hijos y las cuatro paredes de su casa, vuelve. Su destino es que la vida sea una historia triste. Me preguntó cómo podría mejorarla. Como en el caso de muchos melancólicos, sus apaños sexuales son sumamente importantes, pero jamás demasiado vívidos. Al hablar sobre homosexualidad en Europa, los dos nos sonrojamos y cerramos los ojos como si fuéramos vírgenes, lo que de hecho somos; pero no creo que le sentara bien vivir un idilio en Verona con un limpiabotas negro. Me gustaría que fuera más feliz y no comprendo por qué no lo es.

(Diarios)

Gustavo Nielsen

LA FE CIEGA

No tuve hijos. Decidí no tener hijos, así como decidí no tener Dios. Soy arquitecto: construyo las casas donde ustedes viven. Si alguna vez tuviera que diseñar una sociedad, lo primero que inventaría es la idea de Dios. Alguien capaz de perdonar, pero sobre todo de castigar. Y castigar violenta, metódica, exactamente. Como hacía el abuelo de mi Sofi, conmigo.



ADIOS BOB
Después de la muerte de Tommy, una Joan muy joven se había hecho un tatuaje con una T pequeñita en el seno adonde creía que estaba su corazón. Pero a los cuarenta y ocho años lo había perdido en una mastectomía. Desde entonces no veía a ningún hombre. El cáncer se había detenido. Una prótesis llenaba el vacío izquierdo de su corpiño, como un edificio ficticio levantado sobre las ruinas de otro anterior. Mariana ya la había conocido así, con los ojos tristes, caídos en los rabillos, una gran mancha blanca en el pelo y sin la T.

Las mascotas son una compañía de esas que no contradicen al hombre, sólo lo apoyan en todo lo que este quiera hacer. "Y uno las puede echar, total vuelven". Como los esclavos. Como los inmigrantes.

Sloan Wilson

La frase resonó en su mente, monótona y sin emoción alguna. De pronto la tensión lo abandonó; se sintió sosegado. “Será interesante ver lo que pasa”, pensó. Entonces experimentó una repentina necesidad de soltar una carcajada. El hombre del otro lado del pasillo lo miró por encima del periódico con aire suspicaz y Tom volvió la cara hacia la ventanilla. Unos raíles, paralelos a aquellos sobre los cuales se deslizaba velozmente, brillaban cegadores a la luz del sol.
“En realidad, no importa.” Durante la guerra, esta frase había sido para él una especie de frase clave, una fórmula mágica, casi un sortilegio. Antes de tener que saltar siempre estaba tenso. En cuanto se enteraba de que se aproximaba otro salto, su reacción inmediata era inquietarse por Betsy. Mentalmente veía con toda claridad a un chico de la Western Union entregándole un telegrama que empezaba así: “el Departamento de Guerra lamenta tener que comunicarle...”. Y Betsy abría el telegrama y luego subía las escaleras y entraba en el espacioso dormitorio de la abuela de Tom y le mostraba el telegrama a la abuela, y ésta le decía: “Debes estar orgullosa. Ha muerto por su patria”. Y, entonces, Betsy empezaba a soltar maldiciones... A Tom no le costaba imaginar a Betsy mirando fijamente a su abuela mientras lloraba y lanzaba maldiciones, exactamente como lo hizo su madre muchos años atrás.

El hombre del traje gris

SALINGER .







EL QUE CAMINO EN MANHATTAN CON HOLDEN Y EN LA PLAYA CRUZO ALGUNAS PALABRAS CON SEYMOUR SABE QUE J.D NUNCA MORIRA.



[La señora Glass (Bessie), madre de los siete hermanos prodigio, empezando por Seymour -que se ha suicidado hace varios años- y terminando por Zooey y Franny, habla con el primero sobre la crisis nerviosa con ribetes místicos que está atravesando la segunda; la escena, en el baño de la casa materna.]

... la señora Glass dio un innecesario tirón a su redecilla, luego sacó los cigarrillos y las cerillas, pero únicamente los sostuvo en la mano.

-Para tu información -dijo-, yo no dije que fuera a llamar al psicoanalista de Philly Byrnes, sólo dije que estaba pensando en hacerlo. En primer lugar, no se trata de un psicoanalista cualquiera. Da la casualidad de que es un psicoanalista católico y muy devoto, y pensé que podría ser mejor eso que quedarse sentado y ver cómo esa niña...

-Bessie, te lo advierto, maldita sea. Me da lo mismo que sea un veterinario budista muy devoto. Si llamas a algún...

-No es preciso ponerse sarcástico, jovencito. Conozco a Philly Byrnes desde que era un niño pequeño. Tu padre y yo actuamos con sus padres en el mismo programa durante años. Y sé seguro que ir al psicoanalista ha convertido a ese muchacho en una persona absolutamente nueva y encantadora. Estuve hablando con su...

Zooey dejó el peine dentro del botiquín con un golpe seco, luego cerró la puerta del armarito con un gesto de impaciencia.

-¡Qué estúpida eres, Bessie! -dijo-. Philly Byrnes. Philly Byrnes es un pobre hombre, impotente, sudoroso y cuarentón, que ha dormido durante años con un rosario y un número de Variety debajo de la almohada. Estamos hablando de dos cosas tan distintas como el día y la noche. Ahora...escúchame, Bessie -Zooey se volvió para mirar de frente a su madre y la examinó cuidadosamente, con la palma de la mano sobre el lavabo, como buscando apoyo-. ¿Me escuchas?

La señora Glass terminó de encender otro pitillo antes de comprometerse. Luego, exhalando el humo y sacudiendo imaginarias briznas de tabaco de su regazo, contestó sombríamente:

-Te escucho.

-De acuerdo. Ahora te estoy hablando muy en serio. Si tú... Escúchame bien. Si no quieres, o no puedes, pensar en Seymour, sigue adelante y llama a algún psicoanalista ignorante. Hazlo. Llama a algún analista experto en adaptar a la gente a los placeres de la televisión, de la revista Life todos los miércoles, de los viajes a Europa, de la bomba H, de las elecciones presidenciales, de la portada del Times, de las responsabilidades de la Asociación de Padres y Profesores de Westport y Oyster Bay, y Dios sabe qué otras cosas gloriosamente normales..., hazlo, y te juro que, en menos de un año, Franny estará en un manicomio o vagando por un maldito desierto con una cruz ardiente en las manos.

La señora Glass sacudió más briznas de tabaco imaginarias.

-Está bien, está bien. No te alteres tanto -dijo-. Por Dios santo, nadie ha llamado a nadie.

Zooey abrió bruscamente la puerta del armarito, contempló el interior, sacó una lima de uñas y cerró la puerta. Tomó el cigarrillo que había puesto en el borde del estante de cristal y le dio una chupada, pero estaba apagado.

-Toma- dijo su madre y le tendió su paquete de extra largos y su carterita de fósforos.

Zooey tomó un cigarrillo del paquete y llegó a ponérselo entre los labios y a encender un fósforo, pero la presión de sus pensamientos le impidió ir más allá; apagó la cerilla y se quitó el pitillo de la boca. Sacudió la cabeza con impaciencia.

-No sé -dijo-. Me parece que debe de haber un psicoanalista escondido en alguna parte que podría ayudar a Franny..., lo pensé anoche -hizo una ligera mueca-. Pero yo no conozco a ninguno. Para que un psicoanalista le sirviera de algo a Franny, tendría que ser un tipo muy especial. No sé. Tendría que creer que si tuvo la inspiración de estudiar psicoanálisis fue por la gracia de Dios. Tendría que creer que si no le atropelló un maldito camión antes de que obtuviera su licencia para ejercer, fue por la gracia de Dios. Tendría que creer que si posee la inteligencia natural que le permite ayudar en algo a sus malditos pacientes es por la gracia de Dios. No conozco a ningún buen analista que piense nada parecido. Pero ése es el único tipo de psicoanalista que podría servirle a Franny. Si da con alguien terriblemente freudiano, o terriblemente ecléctico, o sólo terriblemente mediocre, alguien que ni siquiera sienta una absurda y misteriosa gratitud por poseer intuición e inteligencia..., saldrá del análisis en peor estado que Seymour. Me preocupa horrores pensar en eso...

FRAGMENTO Franny & Zooey

Bruno Sáenz

La fruta, si fue amarga,
Se vuelve, entre tus dientes, insípida, de cera.
Nada quieres:
No hay lengua conocida para hablar con los muertos.
No encuentras la manera de enderezar la senda,
Ni pides agua al cántaro que yace boca abajo.
Toda tu complacencia se vuelca hacia el vacío.

ROBINSON JEFFERS

Aviso a los peregrinos

Que nuestros sentidos y mentes hacen trampa, es cierto,
mas son precarios honrados; cree en ellos un poco;
en los sentidos más que en la mente, y en tu mente más que en la de otro.
Sobre el piloto de la mente, la intuición,—
digo que si es atrapado desnudo y limpio, es el guardián de la certeza;
mas vestido con sueños, o sucio
con miedos y deseos, es el rey de los falsos.
El primer miedo es la muerte: no creas en inmortalistas. El primer deseo
es ser amado: no creas en los hijos de madre.
Finalmente digo, deja a los demagogos y a los salvadores del mundo balbucear sus vacuidades a los oídos huecos, caer en timo dos veces es ya demasiado.
Camina por delgadas riberas y elude a la gente; roca y ola son buenos profetas;
sabias las alas de la gaviota y placentero, su canto.

THEODOR ROETHKE

Casa abierta

Mis secretos lloran en voz alta
no requiero lengua alguna.
Mi corazón es casa abierta.
Sus puertas se mecen ampliamente.
Es épica surgida de los ojos,
este amor mío, sin disfraz.

Mi verdad es toda conocida,
la angustia viva y revelada.
Desnudo voy hasta los huesos
en desnudez como de escudo.
Yo mismo soy lo que yo visto:
a salvo tengo mi espíritu.

La cólera se inclina a perdurar
el acto dirá la verdad recta
en lenguaje estricto y puro.
Pauso la boca que falsea:
la furia tuerce a mi llanto limpio
hacia la noche de agonía.

BOB DYLAN

Estoy aquí observando el desfile/ sintiéndome como una mezcla de sleepy john estes. jayne mansfield. humphrey bogart/ mortimer suerd/ murph the surf y así sucesivamente/ un autoestopista erótico con una manta japonesa atrae mi atención preguntándome si no me vio en el hootennanny aquél de Puerto Vallarta, Méjico/ yo le digo no usted debe haberse equivocado. sucede que soy una de las Supremes / entonces se quita la manta rápidamente y se convierte de pronto en un boticario de mediana edad. candidato a juez de distrito. empieza a gritarme eres tú. eres tú el que está causando todos esos alborotos en vietnam. acto seguido se vuelve hacia un grupo de personas y dice que si saliera elegido, me haría electrocutar públicamente el próximo cuatro de julio. miro a mi alrededor y todas esas personas a quienes habla llevan sopletes/ ni que decir tiene que me largo echando leches y regreso al tranquilo y agradable campo. estoy allí escribiendo ¿QUEEE? en mi pared favorita cuando... quién pasaría en un reactor sino mi ingeniero de grabación “he venido para recogerte a ti y a tus últimas obras de arte. ¿necesitas que te ayude con algo?”(pausa)mis canciones están escritas con el timbal en mente/ un toque de algún color angustioso. innombrable. evidente. y a la gente quizá le guste una dulce cantante brasileña... he renunciado a cualquier intento de alcanzar la perfección/ que la casa blanca esté llena de dirigentes que nunca han estado en el teatro Apolo me sorprende. el porqué Allen Ginsberg no fue llamado a leer poesía en la toma de posesión me confunde/ que alguien piensa que Norman Mailer es más importante que Hank Williams, estupendo, no tengo argumentos que oponer y nunca bebo leche. preferiría modelar portaarmónicas antes que discutir de antropología azteca/ literatura inglesa. o historia de las naciones unidas. yo acepto el caos. no estoy seguro de que él me acepte a mí. sé que hay algunas personas que sienten terror por la bomba. pero hay otras que lo tienen de ser vistas llevando una revista de cine moderno. la experiencia enseña que el silencio es lo que más aterroriza a la gente... estoy convencido de que todas las almas tienen algo superior en qué ocuparse/ como el sistema escolar, un círculo invisible en el que nadie puede tener ideas sin consultar a otro/ a pesar de esto, responsabilidad/ seguridad. el éxito no significa absolutamente nada... no quisiera ser Bach. Mozart. Tolstoi. Joe Hill. Gertrude Stein o James Dean/ están todos muertos. los Grandes libros ya se han escrito. las Grandes frases ya se han dicho/ voy a esbozaros un retrato de lo que de vez en cuando ocurre a vuestro alrededor. aunque la verdad yo mismo tampoco entiendo muy bien lo que ocurre. sé positivamente que mis poemas están escritos en ritmo de apoética distorsión/ divididos en oídos atravesados/ falsas pestañas/ sustraídas por personas que se torturan continuamente unas a otras. con una ronroneante línea melódica de vaciedad descriptiva--visto a veces a través de oscuras gafas de sol y otras formas de explosión química. una canción es cualquier cosa que pueda caminar por sí misma/ me dicen escritor de canciones. un poema es una persona desnuda... algunas personas me dicen poeta y entonces contesto a mi ingeniero de grabación “sí. podría necesitar ayuda para meter esta pared en el avión”.




Está bien ma (sólo estoy sangrando)

La oscuridad al romper el mediodía
ensombrece hasta la cuchara de plata
la cuchilla hecha a mano, el globo del niño
eclipsa tanto al sol como a la luna,
sabes demasiado pronto
que no tiene sentido tratar de entenderlo.

Aguzadas amenazas
me engañan con desprecio,
observaciones suicidas se rompen
la boquilla de oro del cuerno hueco del loco
toca palabras baldías
que demuestran advertir
que el que no está ocupado naciendo
está ocupado muriendo.

La página de la tentación
sale volando por la puerta,
la sigues, te encuentras en la guerra,
contemplas cataratas de rugido piadoso,
sientes ganas de quejarte, pero a diferencia de antes
descubres
que sólo serías
una persona más llorando.

Así que no temas si oyes
un sonido extraño en tus oídos,
todo está bien, ma, sólo estoy suspirando.

Mientras algunos anuncian la victoria,
tros la derrota,
razones personales grandes o pequeñas
pueden verse en los ojos
de los que piden
que se haga arrastrar
todo lo que se debería matar,
mientras otros dicen que no odies nada
excepto al odio.

Palabras desilusionadas ladran como balas,
como dioses humanos que apuntan a su blanco,
hicieron de todo, con pistolas de juguete que echan chispas
a Cristos de color carne
que brillan en la oscuridad,
es fácil ver sin mirar muy lejos
que no hay muchas cosas
verdaderamente sagradas.


Mientras predicadores sermonean
destinos perversos,
maestros enseñan
que el conocimiento espera,
poder mandar sobre centenares
de monedas de dólar,
la bondad se esconde tras sus puertas,
pero incluso el Presidentede los Estados Unidos
debe algunas veces
tener que quedarse desnudo.


Y aunque las reglas de la carretera
se hayan formulado,
son sólo juegos de la gente
que tienes que eludir,
de acuerdo ma, puedo hacerlo.




Love minus zero/no limit